Los argentinos irán a votar este domingo y si bien será importante el resultado de las presidenciales, el horizonte económico le pisa los talones. Las condiciones en las que asumirá el gobierno que emerja de esta contienda será de estrechez. Algo similar es lo que se presagia para nuestra provincia, pese a los esfuerzos por calmar esta preocupación. Por: Federico Pérez.

 

 

El orden de las prioridades varió para los dirigentes políticos, al son de los resultados de las Primarias provinciales y nacionales. A punto tal que la inquietud por saber quién será el próximo Presidente de la nación, cedió un tanto a favor del interrogante por cómo hará para gobernar el país que emerja desde este lunes 28. En Salta, la incertidumbre va en una dirección similar.

El trasfondo nacional va atado al desempeño administrativo que prevé nuestra provincia hacia fin de año e inicios de 2020. Al respecto, mete preocupación a unos y otros el desempeño del Banco Central de la República Argentina, tras perder por goleada en la puja en el segmento cambiario este fin de semana.

El jueves, el analista económico Claudio Zlotnik alertó que “las principales fábricas de alimentos acaban de sacar nuevas listas de precios, con aumentos de entre 8% y 10% en productos de la canasta básica. Lácteos, aceites, arroz, yerba, pastas, fiambres e infusiones”. De acuerdo a esta proyección, esta cobertura podría funcionar como “colchón ante posible congelamiento”, escudo contra la temida H. Es decir, una medida de emergencia tendiente a conjurar una mega escalada inflacionaria.

Por nuestro territorio gaucho, el gobernador Juan Manuel Urtubey estimó que el cierre de su gestión legará a su eventual sucesor una Salta “equilibrada” y sin incumplimientos de compromisos financieros. Tal optimismo U, incluso, en contraste con su propio reconocimiento que será de acuerdo a estos dichos, en un contexto de “una Argentina que se ha derrumbado”. A lo mejor ya sea lunes.

“Nos han hipotecado el futuro”, fue una de las frases que lanzó Urtubey al final de la semana, desde lo alto del cerro San Bernardo. Pocos se atreverían a suponer que Salta es una isla que puede flotar en medio de tales vaivenes, ya que un 73 % de los recursos que administra el Ejecutivo provincial llegan desde el gobierno federal. Macri dejará una Argentina con ese tic tac financiero y monetario: ineludible para los manuales de Historia por redactarse ¿Cuál será el futuro de Salta?

 

La Gobernación como espejismo

 

La incertidumbre por los próximos pagos de salarios a la administración pública y demás gastos corrientes atraviesa el escenario de cada candidato a la Gobernación. Ya sea que se llame Gustavo Sáenz, Sergio Leavy o Alfredo Olmedo, por nombrar a los tres principales que reclaman el cetro de favoritos. Un premio que podría convertirse en azúcar amarga si esta cuestión termina como la miércoles.

Es probable que en función de esta cuestión, estructural para la gobernabilidad, se produjeron algunas simbiosis de dirigentes de unos y otros sectores. Imperativo institucional que, de cierta manera, ha logrado desplazar la gran pregunta si será tal o cuál el sucesor de JMU. A la vez que soslayó el detalle de ser una de las temporadas más flojas en cuanto a generación de ideas para usufructo proselitista.

A riesgo de simplificar en exceso dicho panorama, podría decirse que el primer tranco que dé la próxima administración provincial estará marcado por la fuente de la cual extraer liquidez (recursos) para cubrir estos compromisos. Uno, para ir remando hacia la orilla, sería contraer nuevos compromisos con el agente financiero de la Provincia. Otro, la emisión de cuasimonedas, tal como analizamos más de un mes atrás en la nota titulada en tapa “Volver al pasado” (14 de septiembre).

Si la gestión que aún debe consagrarse el próximo 10 de noviembre no consigue despejar esta incógnita, proyectada hacia el primer cuatrimestre de 2020, sumará probabilidades de empardarse a la categoría de un gobierno provisional, de transición. En este contexto, entran igualmente las señales de una baja en la intensidad de actividades de campaña que varios han notado en las últimas semanas. Como si fuera que, por lo bajo, hubiese un reagrupamiento en torno a quien el 6 de octubre logró una ventaja de caudal electoral considerable.

 

El cierre de un ojo

 

Los guiños que ciertos dirigentes del Frente de Todos le hicieran a su rival del Frente Sáenz Gobernador, el cual postula al homónimo del saliente jefe comunal capitalino, es una de las señales políticas destacables de esta semana. Principalmente la hecha por el aspirante a sucederlo en el Centro Cívico Municipal, David Leiva. El postulante por el neoperonismo se expresó de manera muy elogiosa hacia Sáenz.

El motivo aparente de tal gesto, según confiaron a “Cuarto Poder” armadores del FSG, es consolidar la buena sintonía que Leiva mantuvo con el alcalde capitalino, desde su banca en el Concejo Deliberante. Es cierto que dicha señal podría activar algún arranque celopático en la contigüidad del candidato que el FdeT propondrá para la Gobernación, Sergio Leavy. Aunque mayor incomodidad parece haber disparado en el neorromerismo.

La encarnación de tal renovación sectorial, Bettina Romero, ingresó con buen pie a esta compulsa por la intendencia capitalina (incluso, barriendo del camino a Martín Grande como una de las segundas marcas limachinas). Su envión electoral, suponen en el bunker de BR en calle Santiago del Estero al 1300, no sólo le dará para alcanzar a sentarla en el sillón más preciado del CCM. Nadie por ahí niega que el objetivo es posicionarla a futuro para la Gobernación.

En tal caso y cuando resta aún el match definitorio que deberá medirlo contra Leavy, Olmedo y Pablo López (FIT), es posible que al flamante encumbrado por el favor de los comprovincianos gauchos le haya surgido competencia no detectada en el GPS. Entre quienes esto escribe, analistas políticos detectaron un cierto soslayo en Bettina R hacia los demás postulantes en otras categorías, con quienes comparte lista. Algo que en un escenario en el que prime la “volatilidad” institucional debería ser un ítem a tener siempre presente.