Resulta que en el mundillo farandulero nacional la noticia más importante es el inicio del nuevo ciclo de Tinelli, que después de 30 años sigue haciendo lo mismo: humor a costa del sufrimiento de las personas. Conflicto entre los participantes, que al otro día son la comidilla del resto de los programas televisivos, alimentan del tinelismo, ante la falta de contenidos. Y por último, burlando todas las políticas de género que luchan contra la cosificación de la mujer.
A esto, ahora podemos sumarle, la burla a las campañas de concientización y cumplimiento de protocolos para eliminar las posibilidades de contraer coronavirus. Porque desde la presentación, parece más una fiesta clandestina, con 60 personas en escena, sin distanciamiento social entre ellas y sin barbijo. Para Tinelli no hay pandemia o por lo menos no le preocupa en lo más mínimo que la haya. Los abrazos con los participantes y el decirle algunos «sacate eso que tenes en la cara que no se te entiende», cuando «eso» se trata de un barbijo, lo deja más que claro
Este fue el tema del día siguiente, pero no por lo que el conductor esperaba, sino por la actitud de indiferencia ante un problema mundial. Las criticas le llovieron, pero no solo del oficialismo, sino de la gente que se enoja porque la presionan para cumplir, mientras algunos poderosos, como Tinelli, burlan todos los procedimientos.
En su tercer programa, el líder de Ideas del Sur no pudo evitar su molestia y con una cara exageradamente simpática, se prendió de una vieja operación del nefasto y fallecido Claudio Bonadio contra el actual ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollan. Amenazó con hablar de denuncias de vieja data contra el titular de la cartera de salud, mostrando una conducta extorsiva y matona, al estilo de «si vos decis algo, yo hablo», representando al macrismo de la forma más lamentable.
Recordemos que, al inicio de la gestión de Alberto, Tinelli, en su intento de convertirse en dirigente político, fue invitado a la mesa de Gestión en contra el Hambre, como una de las «personalidades» que se sumaron para trabajar en favor de la gente. Se dividieron en 7 comisiones y La Flia, fundación creada por Marcelo Tinelli, pidió concentrar el aporte de su gente en una tarea concreta. Hoy se supone que se ocupa de auxiliar a las comunidades wichis que sufren la falta de agua en Salta y brinda asistencia alimentaria a siete comedores populares, a los que habría que consultarles si la ayuda existe o no.
Otra gestión poco convincente del comunicador fue la deportiva que a partir del «38 a 38» en la patética elección de autoridades de la AFA, hace 5 años, le nubló la vista y se alejó hasta el año pasado en que volvió como uno de los seis vicepresidentes, a cargo de nueva Liga Profesional de Fútbol, que reemplaza a la extinta Super Liga, con la diferencia clave de que ya no es independiente de la AFA. En ese momento dijo que hubo una bajada de línea política en su contra.
En San Lorenzo fue algo parecido. Formalizó un pedido de licencia al cargo de presidente del club en medio de una marcada crisis institucional y deportiva. Justificó la decisión en el hecho de que «los resultados no se dieron» en lo que va de su gestión, algo que lamentó por «el amor, el esfuerzo y el tiempo» invertido en su tarea dirigencial. Aunque el malestar de socios e hinchas es más que notorio, porque se aleja de la función cuando San Lorenzo registra un pasivo de 3500 millones de pesos, según el Balance del último ejercicio 2019/20 y deja un cuerpo técnico interino (Leandro Romagnoli-Alberto Acosta) después de la renuncia de Diego Dabove.
En cuanto a Gollán, que fue quien dijo que «hubo una conducta totalmente negativa, para el delicado momento que estamos viviendo» y la denuncia de la que Tinelli habló, diremos que data de 2015, que se originó por una denuncia de Graciela Ocaña, que se trata de la causa en la que se investiga el pago de sobreprecios a empresas en la licitación del Plan que proveía un kit de ropa y elementos para bebes a mujeres embarazadas de escasos recursos. Que la causa estuvo a cargo de
Claudio Bonadio, quien, en su momento, se refirió a los planteos legales de las defensas como intento de demorar la elevación a juicio y a la exigencia de los jueces de evitar dilaciones y entorpecimientos indebidos, como obligación del Estado de prevenir y combatir la corrupción. Pero, en esta como en tantas otras causas del mismo juez, los especialistas de la SIGEN determinaron por unanimidad que el material cumplía los objetivos buscados, que no se pudo determinar la existencia de sobreprecios ni de direccionamiento alguno en el proceso de licitación y por lo pronto se dictaminó el sobreseimiento de los 21 imputados.
Así las cosas, el conductor estrella del veterano y trillado programa de televisión, que cada vez tiene menos seguidores, porque una novela turca lo supera en rating, fue ganando detractores, cuando más espacios quiso abarcar y ahora saca a flote lo peor de su persona para seguir vigente.