Las pretensiones de Jorge Waymás tras la interna partidaria en la que ostenta un codiciado  cargamento de votos imprescindibles para la llegada del Frente de Todos a la meta final tienen ribetes extorsivos. Mientras quiere remover a la candidata saencista  Pamela  Caletti de la boleta nadie en su entorno se atreve a enumerar  el monto de 7 cifras que pide por subordinarse a Emiliano Estrada.

La expresión  popular de los matarifes” la chancha, los 20 y la máquina de hacer chorizos” ( sino su versión  más atrevida , “y el c….alzado” ) hace  alusión a quien pretende todas las ventajas  para sí mismo en un trato a pesar de que sean desproporcionadas.

En este caso tiene su ejemplo  más fiel y adecuado en la charla que demoró en plasmarse entre ganadores y vencedores en el frente kirchnerista, Estrada y Guaymás, respectivamente y que se tuvo que dar inexorablemente.  Sentados frente a frente tras haberse esquivado un mes entero en reuniones barriales y tertulias durante el proselitismo ambos contendientes debieron tomar un té de tilo y citarse para  “ re financiar” los términos en que proseguirá la campaña nacional y popular con miras a los comicios de noviembre.

Empoderado con casi 60 mil sufragios frescos  a su favor  el referente camionero apeló a toda su pedantería para dejar bien en claro que de la atención a sus deseos depende casi exclusivamente  la banca para Estrada en la Cámara Baja Nacional. Por supuesto  no  se privó  de  enumerar ordinariamente las  facturas de  la campaña  reciente  que lo presentan  como un candidato traicionado por el  espacio K,  en soledad y  en desventaja económica por las prebendas políticas  que beneficiaron a Estrada ,en su detrimento.

Cabe destacar que fue el propio líder camionero quien aventajó durante los armados electorales  a sus pares tratando de ungirse como  líder kirchnerista atento sólo a sus ansias personales e ínfulas futuristas  para poder palanganear  en Buenos Aires.  Previa vociferación presuntuosa de que se había dado el gusto de no atenderlo a  Outes, “  que recién ahora se dignaba a llamarlo luego de que lo c… en toda la elección “ Guaymás especificó  el tenor de sus condiciones para subordinar sus votos a la boleta.

Fue  arduo  el trabajo de hacerle entender que habiendo sorteado una PASO no puede poner a dedo a su actual pareja, Kitty Blanco, en lugar de Pamela Caletti no sólo porque es inviable en términos de mecanismos legales  electorales  sino porque fue la fracción de  Caletti, por más que se rasque con un marlo,  quien ganó.  Porfiado y entremés llegó a sugerir  que podían bajarse de la lista Caletti, la suplente de Caletti y él mismo de su tercer puesto en la lista vencedora con tal de que la novia camionera se luzca en la lista lo cual fue rechazado de plano luego de  infructuosas explicaciones.

La lógica de Guaymás sigue  obedeciendo el anacronismo del gremialismo peronista donde sus deseos son superiores al de cualquier otro actor  aunque sin revólver: En  ocación del armado de lista de concejales del Frente de Todos  Jorge irrumpió en la mesa donde artesanalmente, en una hoja, se conjugaban los nombres de los posibles candidatos  y procedió sin eufemismos “ a tachar” de uno de los primeros puestos a una militante del Movimiento Evita para colocar encima el nombre de su hija, Noelia de Los Angeles, ante la mirada estupefacta de todos los presentes.

Sin embargo la parte más álgida fue la del “acuerdo” cuya cifra  de 7 ceros parece ser prohibitiva para  los esponsores de  Emiliano Estrada, quienes deben pagar aparte de la cartera de votos a Guaymás el equivalente al dinero que invirtió para obtenerlos.

La contrapartida de asignarle contratos de la Cámara Baja  para allegados y parientes resulta una minucia a comparación del resto de las condiciones para presentar una lista, cara,  pero unificada.  Efectivamente por estas  horas nadie en el espacio K , que no es coincidente con la marca  Frente de Todos , espera que Guaymás se vaya a aggiornar  al trabajo electoral  a destajo en pos del triunfo de Estrada sino  todo lo contrario , a quién puede llegar a apoyar para perjudicarlo.