La inflación núcleo, aquella que no mide los precios regulados por el Gobierno, acumula ya 10 meses en alza constante y que se ubicó en agosto en 31,2% interanual, el registro más alto desde que es relevada.

«La política oficial de desinflación, sigue sin lograr resultados consistentes. Cada vez más cerca de la consolidación del tercer año desde el cambio de régimen económico, la dispersión de precios se posiciona en niveles superiores a los del año 2015. En la coyuntura más próxima inciden subas en tarifas de transporte, luz y prepagas, además del futuro incremento de gas, para el mes de octubre. El impacto de los aumentos de servicios sobre el IPC, determina un piso alto de inflación mensual», sostiene el trabajo de la UNDAV. Y agrega: «Pero por fuera de los bienes y servicios regulados por el Estado, la variación de precios interna tampoco se morigera a la velocidad suficiente. El componente ‘núcleo’ del índice de precios nacional crece ya a un ritmo del 31,2% interanual».

Asimismo, advierte que «lejos de ralentizarse, aspectos del proceso hacen pensar en una profundización para los próximos meses. Ocurre que, producto del aumento del dólar de 7,9% en la primera quincena de setiembre (116% en el año), se reproduce la significativa suba en el precio de insumos difundidos para el entramado productivo». «Así, la inflación mayorista presentó un alza del 4,7% en julio, mientras que el componente importado verificó una suba del 5,7% en igual período (a pesar de que no se trató de un mes devaluatorio. Este fenómeno anticipa el traslado que se generará del segmento mayorista al minorista en la última parte del año», añade.

Con 24,3% hasta agosto, la inflación de la Argentina es la segunda más alta de la región solo superada por la de Venezuela, de 34.680%. En cambio, la de Uruguay, que es la tercera más elevada, apenas llega a 7,2%. «Dicho esto, el alza sostenida de precios que se verifica en Argentina, lejos está de ser la norma. En un mundo de baja nominalidad, son pocos los países que transitan problemas de inflación sostenidos a lo largo del tiempo; menos aun cuando subsumen el resto de la política económica a su mitigación», alerta.

«Los indicadores oficiales marcan que el proceso de desinflación no se encarrila. De hecho, de los ocho meses con información publicada, sólo en uno el índice 2018 fue menor al de 2017», dice la UNDAV. Y analiza: «Con todo, proyectando el último cuatrimestre del año, Argentina va a cerrar el 2018 con el mayor índice de inflación desde 1991».

La UNDAV insiste con que «la separación entre el acumulado a agosto de 2018 y el año anterior asciende a casi 9 puntos porcentuales», mientras que «proyectado a fin de año este diferencial respecto a 2017 podría trepar a 20 puntos». «Comparando entre procesos económicos, en los 33 meses transcurridos desde el cambio de régimen se registró una inflación acumulada del 129,1%. En contraste, los 33 meses previos habían verificado una suba levemente superior al 106%», reafirma.

«Pero el segmento minorista no es el único fuera de control. El costo de la construcción en el último trienio se posicionó, en promedio, 7,4 puntos por sobre los doce años previos. Asimismo, el índice de precios mayoristas no deja de acelerarse y ya verifica una separación de 17 puntos respecto del segmento minorista», agrega además.

Fuente: Ámbito