Se trata de un oficial, un cabo y un agente, a quienes se les imputó el delito de homicidio culposo.Los acusados, pertenecientes a la Guardia de Infantería, procedieron a demorar a la víctima, la que se descompensó y murió como consecuencia de las maniobras ejercidas por los policías para reducirlo.

Las imputaciones, dispuestas por la fiscal penal María Luján Sodero, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personassurgen de un cúmulo de declaraciones, denuncias y otras pruebas producidas tras la muerte de David Alfonso Neri Ovejero, un vecino de Villa Floresta de 44 años, quien murió en manos de la policía tras querer defender a una vecina.

El episodio, de acuerdo a lo argumentado en el decreto de imputación, ocurrió el 22 de junio pasado alrededor de las 13, cuando dos familias se disputaban la titularidad de un terreno ubicado en el sector alto de Villa Floresta, casi sobre la ladera del cerro.

El terreno, según lo establecido por la fiscalía, pertenece a Soledad Rivero, quien lo cedió a su hermano, Pablo, quien se identificó como personal policial perteneciente a la comisaría 24 en la ciudad de Orán. Este efectivo, en su declaración, sostuvo que debido al destino que tenía no podía residir de manera total en el terreno, aunque sí lo hacía cuando viajaba a esta ciudad, a tal punto que llegó a construir parte de su vivienda.

Por otra parte, Miriam Gaspar adujo que el terreno estaba abandonado y dada su situación de calle y la carga de cuatro hijos, decidió tomar posesión de dicho terreno, accionar que fue apoyado por los vecinos en vista de su precaria situación.

El día del hecho, en tanto, Rivero y su hermana tomaron conocimiento de la intromisión de Gaspar, por lo que se dieron cita en el terreno en cuestión, donde se produjo una disputa por la titularidad del terreno y la utilidad que los titulares le daban al lugar.

Otros testigos, en tanto, declararon que la intervención de Neri Ovejero no generó desorden sino que buscaba ayudar a Gaspar. Al proceder los policías acusados a la demora, los vecinos advirtieron que uno de ellos lo tomó de los brazos, mientras que otro, más alto, lo tomó del cuello.

Cuando se realizaban estas maniobras de reducción, Neri Ovejero se descompensó y se desvaneció, por lo que se requirió ayuda para reanimarlo, lo que hicieron algunos vecinos, entre ellos un enfermero. A ello se sumó, según los testigos, la demora de la ambulancia, la que al arribar trasladó al paciente al hospital San Bernardo, aunque ya llegó sin vida.

En vista de las declaraciones reunidas, las pericias realizadas y demás diligencias procesales de rigor, la fiscal dispuso la imputación penal por el delito de homicidio culposo en contra del oficial Angel Peralta, el cabo Emanuel Liendro y el agente Maximiliano Mansilla.

Los tres estuvieron asistidos por abogados particulares y ninguno prestó declaración. Desde la Fiscalía se solicitó el mantenimiento de su detención.