Hay gente que cree que tiene superpoderes. Algunos creen que son inteligentes, otros que son muy perspicaces, otros que son invisibles y otros que creen que los tienen a todos. Y ponen su mejor cara de Clark Kent para salir a la calle, como quien no le debe nada al mundo. Necesitados quizás de una caminata matutina por las tranquilas calles del centro de la ciudad, todavía afectadas por el distanciamiento social que nos supo traer el COVID 19.

Con gobernantes, nacionales y provinciales que advierten hasta el cansancio a la población que solo cumpliendo con las normas de seguridad establecidas por decreto nacional y provincial, vamos a lograr que la enfermedad no se propague por nuestra provincia.

Con una población casi obediente que, ya sea por miedo a la multa o por seguridad, cumplen con el lavado de manos, el uso de alcohol en gel y lavandina y el uso del nunca bien ponderado barbijo que muchos dicen que vino para quedarse.

Y decimos que la población es casi obediente porque son los que nos representan en el poder legislativo, elegidos por el voto popular los que desoyen la normativa vigente. Es el caso del diputado nacional Martín Grande que en una soleada mañana del 16 de junio, más precisamente a las 11:43, decidió caminar por calle Santiago del Estero casi Dean Funes sin barbijo, en una actitud más anticuarentena que descuidada.

Posiblemente los argumentos falaces y poco responsables del capitalismo más puro son los que guían el pensamiento de este señor que poco ejemplo da a quienes se sienten representados por él. Grande forma parte del público enojado con la extensión de la cuarentena que nos mantiene con 34159 casos de Coronavirus y 878 muertes, mientras los países que reniegan de la cuarentena y minimizan la enfermedad cuentan con más de 2 millones de contagiados y 116127 muertes solo en el día de hoy.

Habrá que preguntarle al diputado nacional y periodista, de qué lado de la realidad quiere estar…