El presidente de Aguas del Norte, que intentó no dar a conocer los sueldos de su dependencia hasta que la justicia lo obligó, también dijo que “no tiene nada que esconder”.

Es bastante patética la posición de Luis María García Salado, presidente de Aguas del Norte, después de que la justicia lo obligara a dar a conocer los sueldos de su directorio, de los gerentes y del personal; también se le había pedido que revelara los gastos en publicidad de los últimos períodos y del estado económico financiero de la empresa.

Consultado por el periodista Ricardo Gallego respecto de la sentencia dictada contra Aguas del Norte, García Salado señaló que no esconderá nada y que su intención era no entregar la información que se le requirió sin una sentencia que lo obligue a hacerlo para no crear un precedente que se aplique también a otras reparticiones.

La frase textual, en el precario castellano del funcionario fue: “si yo accedía directamente a entregarle la información sin una obligación judicial ¿Qué pasaba con el resto de las reparticiones? Iba a ver un antecedente judicial o jurídico por un hecho fortuito que yo la había entregado? Me entandes, entonces hay que analizarlo también jurídicamente…Yo no voy a esconder nada, como no lo escondí jamás. Siempre que yo vea, denuncias que yo vea de cosas que no van, hago las denuncias como corresponde”.

Es decir, que García Salado se sacrifica en nombre de la impunidad de otros. Y dice que no tiene nada que esconder, cuando hace todo para no mostrar.