El mega préstamo de 220 millones de dólares tomado por la administración Urtubey no sólo no reparó las deudas sociales del Norte de la provincia: al día de hoy las obras no se hicieron, pero la deuda sigue y asfixia a todos los salteños.

Por Lucas Sorrentino

El jueves 7 de octubre, un diario local parece haber hecho un descubrimiento, de la mano de Socorro Villamayor, quien lanzó esta frase: «se chorearon el Fondo de Reparación Histórica».

Lo de Villamayor no fue un descubrimiento, sino un recordatorio de cuando el entonces Juan Manuel Urtubey sacó un préstamo de 220 millones de dólares para hacer senador a su hermano y luego hacerlos desaparecer.

Todo esto pasó porque en la legislatura el diputado K Ramón Villa quiso hacer futurismo y criticó una obra que todavía ni si quiera está aprobada diciendo que será una promesa no cumplida: se la dejó picando en el área par que Villamayor lo trapee: le endilgó haber aprobado el Fondo de Reparación Histórica y no cumplir con su responsabilidad de controlar la ejecución de las obras cuando «en sus narices se choreaban los caños» del Gasoducto del NEA.

«Un diputado del norte dice estar cansado de que le mientan. Lleva años como diputado, autorizó el Plan Bicentenario, el Fondo de Reparación Histórica y es encargado de constatar que las ejecuciones estén conforme a aquello que se presupuestó. Es responsable de exigir a la Auditoría las inversiones y del control de las obras. En sus narices se choreaban los caños de la intendencia de Prado», cuestionó.
No está mal volver al Fondo de Reparación Histórica. Salta tomó ese préstamo en 2011 y CUARTO PODER ha publicado decenas de artículos detallando que ha sido una mera cortina de humo para un saqueo.

 

¿Y las obras dónde están?

En junio de 2020, cuando un vencimiento del pago de esta deuda asfixiaba las arcas provinciales en plena pandemia, el periodista Nicolás Bignante viajó al Norte de la provincia y constató, una por una, qué había pasado con las obras que se iban a hacer. Fue a ver eso que muchos legisladores, como Villa, no quieren ver.

La Planta depuradora de Orán debía costar $33 millones. A 10 años del mega préstamo, la obra considerada vital para miles de familias oranenses todavía no comenzó, aunque en los partes oficiales abundaron fotografías de la puesta en mantenimiento del terreno donde, en principio, se haría la obra.
Inicialmente, y pese a no contar con los registros dominiales del espacio físico, se otorgó un avance del 35% del presupuesto inicial a la empresa Constructora Norte SRL. El avance físico nunca se equiparó al porcentaje de fondos desembolsados, de hecho, actualmente es del 0%. La justificación que encontraron los ediles -por entonces- alineados al ejecutivo municipal, fue que el desgaste inflacionario «licuó» los adelantos presupuestarios. Después de varios años, el DEM comunicó que el problema, no era de fondos, sino de «expropiación», puesto que el lugar había sido reasignado.
El Nuevo Mercado Municipal de Orán iba a costar $14,7 millones. Iba a estar en la zona sudeste de la ciudad, a orillas de la circunvalació. La idea era desalojar las astrosas instalaciones del mercado de abasto y trasladar a los trabajadores a un nuevo predio. Jamás se hizo. El abastecimiento de frutas y verduras a los comercios minoristas de Orán todavía se hace en decrépitos montajes sin provisión de agua e infestados de roedores.

En contrapartida, la obra que en primera instancia se presentó como «Nuevo Mercado Municipal», quedó registrada oficialmente y se inauguró en junio de 2019 como «Nuevo Paseo de los Artesanos». Las ambiciones edilicias se achicaron, pero los montos presupuestados se dispararon.

Fue inaugurado el paseo de artesanaos con carteleraía del fantasmal Plan Belgrano: el macrismo intentó ponerse unos porotos. El periodista Bignante descubrió que la obra figura con el mismo nombre en los registros de ambos programas: Fondo de Reparación Histórica y Plan Belgrano.

La Terminal de ómnibus de Morillo debía costar $2 millones. Ramón Villa debería estar al tanto de la falta de esta obra, que debía estar finiquitada en 2015. Quedó en la zona, como recuerdo de este fracaso, una enorme estructura de cemento, donde debía erigirse.

Nadie sabe dónde fueron a parar los 2 millones de pesos que se mandaron.  La obra fue borrada de los registros digitales del Fondo de Reparación Histórica y todo indica que no va a reactivarse en el futuro cercano.

La Escuela de Educación Especial N° 7209 de Cnel. Juan Solá iba a costar $4,6 millones.  Prometían un predio de 651 metros cuadrados, con dos aulas, cinco gabinetes, sala de informática, sala de estimulación temprana y un salón de usos múltiples. Además de núcleos sanitarios, comedor y cocina. Nada de eso se hizo. Quedaron, como prueba, ruinas inconclusas:  paredes que albergan escombros y basura y cirujas. La escuela debió haberse entregado a mediados de 2016. Hoy el edificio es parte de una postal postapocalíptica.

La planta de líquidos cloacales y colectora máxima de Pichanal iba a costar $14 millones. La obra era urgente para darle dignidad y salud a la población.
El anuncio de la obra se hizo en 2012. Jamás tuvo avances significativos: en ocho años sólo se había conseguido hacer la demarcación del terreno. La colectora máxima que, según los registros tiene un avance del 90%, ni siquiera llegó a concretar el ensamble de tuberías para conectar la planta con el pueblo. En la visita al predio destinado para tal fin, Cuarto Poder pudo constatar que los tubos de PVC sin conectar estaban amontonados en una finca privada, todos ellos marcados con una fecha: agosto de 2013.

Las Redes cloacales y domiciliarias de Santa Victoria Este costaron $3 millones. Esta es otra de las obras no hechas que Villa debería conocer: para el lanzamiento del «Tolo» Urtubey se había incluído la construcción del sistema de redes cloacales y la planta depuradora de líquidos. Hasta llegó a hacerse la apertura de ofertas para la concreción de dichos trabajos en las oficinas de Aguas del Norte en agosto de 2013. La empresa ganadora fue Ecosuelo SRL. Ambos proyectos fueron eliminados de los registros y actualmente no hay donde consultar qué fue de los millones que se volcaron a la empresa.

Para la Planta depuradora de Hipólito Yrigoyen se mandó $6,5 millones en 2012. Se la iba a construir cerca del Ingenio San Martín del Tabacal; pero nunca se llegó a un acuerdo para la cesión del espacio.A pesar de las desavenencias entre el municipio y la empresa azucarera, se entregó a MEGA SRL un 30% del presupuesto oficial ($1.958.603,32) y no se colocó una sola piedra. A mediados del 2019, la administración Urtubey eliminó la obra de los registros oficiales del FRH.

La promesa de electrificación Tartagal-Tonono costó $7 millones. La obra era importante porque en los 33 kilómetros que separan la ciudad de Tartagal del paraje Tonono por la ruta 86 habitan miles de familias originarias que carecen de suministro eléctrico.  Solo se alcanzó a montar algunos postes para el sostenimiento de las líneas de alta tensión. Ahora, si uno pasa por ahí, verá los postes, sin cables. Hasta antes de irse, la gestión de Urtubey pagó por la instalación de esos postes de madera $3.144.400.

Las partidas del Fondo del Bicentenario, en muchos casos, fueron destinadas a complementar obras inconclusas del Fondo de Reparación Histórica. También se usaron fondos del extinto Plan Belgrano para ese fin. Cabe cuestionarse, entonces, si una eventual reedición del FRH tendría como horizonte el desarrollo productivo con el que fantasea Marocco o si, por el contrario, sería el equivalente a querer salir del pozo cavando.

Sobre legisladores y la desmemoria

Volver a revisar qué pasó con ese millonario préstamos no es hacer historia: porque, si bien es algo que comenzó una década atrás, sus implicaciones llegan hasta ahora: la plata adeudada y las obras no hechas explican la sensación de tierra arrasada, que se multiplica por la crisis nacional.

Y hay que dejar en claro que Ramón Villa no fue el único que aplaudió la urtudecisión de endeudarse y que hizo un silencio cómplice ante las obras que jamás se hicieron: son varios los legisladores, algunos de ellos ahora aplaudidos, que avalaron este choreo.