En San Lorenzo brindan feroz paliza a dos policías. A uno hasta le roban el arma reglamentaria y unos pesos.

El cierre del fin de semana en San Lorenzo fue a todo trapo. Masivo quilombo en playón deportivo. Una posterior paliza a dos policías intrépidos y el robo de un arma reglamentaria. Varios detenidos, en un pueblo donde nunca pasa nada.

El playón deportivo del barrio San Agustín estaba que explotaba. Llegaron varios móviles policiales, porque una vecina alertó que varias personas agredían físicamente a un familiar, a quien los agresores acusaban de degenerado. Los exaltados arrojaban piedras a la vivienda familiar. La presencia policial no calmó o ánimos. Sólo generó una feroz paliza a los efectivos de la ley y el orden. La propia versión policial así lo reconoce. Al parecer cuando llegaron los policías al lugar constataron una gran cantidad de personas “en evidente estado de ebriedad”. Estas personas ofuscadas por la presencia policial comenzaron a arrojar piedras, palos y botellas de vidrio. Ese fue el momento en que no había lugar para los débiles: “Al repliegue de los uniformados, dos de ellos cayeron al suelo siendo alcanzados por alrededor de ocho hombres quienes los agredieron con puntapiés y golpes de puño logrando sustraerle a uno de ellos el arma reglamentaria y elementos personales”. Repliegue significa repliegue. Pero pasó algo más. Los cagaron a palos. Personas en evidente estado de ebriedad. Encima les robaron el arma y la billetera. La estadística dirá que pasado el tiempo la policía detuvo a dos hombres de 21 y 26 años, y una mujer de 35, quienes habrían participado del ataque. También enteraron que una vecina denunció que el familiar agredido mostraba sus partes íntimas en el playón deportivo del mismo barrio, donde jugaban nenitas de 5 años.

La crónica policial afirma que “los vecinos indignados por su actitud intentaron hacer justicia por mano propia interviniendo en tal ocasión personal policial a fin de salvaguardar la integridad y el bienestar vecinal procediendo a la detención del mencionado poniendo a disposición del magistrado en turno”. Habla quizás de quienes luego agredieron a los oficiales caídos en cumplimiento del deber. Como en un cuento de Hugo Aparicio “un llamado anónimo al Sistema de Emergencia 911” le dijo a la policía que “el arma de fuego sustraída estaría a orillas del rio San Lorenzo, detrás del cementerio Municipal de esta localidad”. Los changos le devolvieron el arma. Estaba “debajo de un trozo de goma espuma envuelta en una bolsa de polietileno”. Ocurrió en San Lorenzo. Churo, no?

Foto: imagen ilustrativa