El incumplimiento por parte de la Casa Rosada del pacto antidespidos fue detonante del conflicto con el sindicalismo. Se había acordado no producir cesantías en el verano pero continuaron. La presión de las bases inclinó a la CGT a una medida de fuerza.
El enojo de la CGT , que se tradujo en romper ayer con la mesa de diálogo que mantenía con el Gobierno y los empresarios y emprender una medida de fuerza, tiene un motivo claro: se incumplió significativamente el «pacto antidespidos». El compromiso de mantener puestos de trabajo en el verano que firmaron empresarios de la industria, la construcción, el comercio, bancos, la Bolsa, el sector rural y alimentación quedó significativamente vulnerado. Así, el acumulativo de despidos por goteos terminó siendo el detonante que puso a la central obrera en pie de guerra.
Como publicó LA NACION la semana pasada, la industria lidera el triste ranking de despedidos: se perdieron 4110 puestos en diciembre, según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA). A ello hay que sumar los de enero: 250 en la empresa Banghó, algo menos de 50 en Tandanor, 170 en Alpargatas y más de 20 en Tramontina. Los motivos recaen, sobre todo, en el mal momento económico de Brasil, que disminuyó su consumo de productos argentinos significativamente, y en la apertura de importaciones altamente competitivas.
Asimismo, el rubro servicios -en el cual el sector comercio y el de alimentos representa el 50%- desvinculó 484 trabajadores en diciembre. Cabe agregar que la cifra se engrosa con el cierre de numerosos call centers en enero y algunas desvinculaciones en importantes cadenas de supermercados. Es dable sumar el caso de los 300 desvinculados en la planta AGR, un cimbronazo para el triunvirato cegetista.
En el Gobierno buscan bajar el tono de la situación del mercado laboral. Según cifras que difundió la semana pasada el Ministerio de Trabajo, el empleo en los últimos meses viene en alza. Puntualmente, en noviembre -último dato disponible del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA)- creció un 0,4% el número de asalariados privados con respecto a octubre.
Sin embargo, cuando se analizan los números por sector, aparecen los datos alarmantes en algunos rubros que vienen en picada hace meses y que no presentan expectativas de repunte. Sin ir más lejos, conforme a la Encuesta de Indicadores Laborales de diciembre pasado, la industria manufacturera cayó 0,6% entre noviembre y diciembre, y un total de 5% de forma interanual.
Cabe la salvedad de los sectores agrarios y de la construcción que sí pudieron apegarse al acuerdo. La agricultura y ganadería generó alrededor del 50% del total de los trabajos asalariados privados, traccionando el mercado.
En el caso de la construcción, el rubro estuvo agónico durante todo el año pasado -se perdieron más de 60.000 puestos-, pero presentó un repunte hacia fin de año. Según datos difundidos por el Ministerio de Trabajo, el rubro de los ladrillos cerró en noviembre con 6619 trabajadores más que el mes anterior, aunque con una caída interanual de 7,3 por ciento.
La presión de los sindicatos más afectados sobre la CGT terminó con la decisión de correrle la cara al Gobierno y al empresariado y articular un paro, previsto para marzo.
Fuente: La Nación