Según Dancy el escepticismo depende siempre de un argumento y debe ser expresado en forma de conclusión. La conclusión escéptica es que el conocimiento es imposible.

Existen algunas distinciones dentro de tres argumentos escépticos. La primera se da entre argumentos escépticos locales y globales. El escepticismo local mantiene que hay razones especiales por las cuales el conocimiento no es posible en un área determinada, aunque puede ser posible en cualquier otra (ética, religión, futuro). El escepticismo local tiende a convertirse en general. Algunos argumentos escépticos no atacan la noción de creencia justificada. Una tercera distinción apunta a separar argumentos escépticos que, aunque pretendan privarnos de conocimiento (o de la creencia justificada) nos conceden que comprendemos las proposiciones cuya verdad se supone que no conocemos de aquellos otros que afirman que la razón por la que no podemos conocer su verdad radica en que no la comprendemos.

Dancy plantea directamente la realidad en tales términos:

“Usted no sabe que no es un cerebro, suspendido en una cubeta llena de líquido en un laboratorio, y conectada a un computador que lo alimenta con sus experiencias actuales bajo el control de algún ingenioso científico técnico (benévolo o maligno, de acuerdo a su gusto). Puesto que, si usted fuera un cerebro así, asumiendo que el científico es exitoso, nada dentro de sus experiencias podría revelar que usted lo es; ya que sus experiencias son, según la hipótesis, idénticas con las de algo que no es un cerebro en la cubeta. Como usted sólo tiene sus propias experiencias para saberlo, y esas experiencias son las mismas en cualquier situación, nada podría mostrarle cuál de las dos situaciones es la real”.

Argumento del error:

Este argumento descansa en versión epistemológica de un principio que es bastante común en ética: el principio de universalizabilidad. Este principio dice que en caso de diferencias detectables debemos hacer de nuevo el mismo juicio. Debemos hacer algo a lo que podamos señalar para que quede justificada una diferencia de juicio. Quizás puedan existir propiedades que trasciendan a toda evidencia posible.

“La conclusión parece ser que si reconozco que alguna vez me he equivocado al afirmar que sabía que p, ya no puedo saber que p nunca a no ser que muestre alguna diferencia relevante entre las dos situaciones Y nadie puede decir de mí que sé en un caso y no en otro, porque por todo lo que sé, estoy equivocado en ambas ocasiones”.

La justificación del argumento a partir de la experiencia:

No puedo tener razón alguna para creer que mi experiencia es una guía fiable, y por ello no tengo razón alguna en favor de creencias sobre sucesos que están más allá de la experiencia, de modo que no puedo tener conocimientos sobre ellos. El escepticismo que se origina de Hume no es global dado que solo trata de nuestro conocimiento de lo no observado. El argumento ataca la noción de creencia justificada como de conocimiento, al mantener que no podemos extraer de nuestras observaciones razón alguna a favor de lo que no observamos.

TEXTO: “Escepticismo” en Dancy, J. (1993) Introducción a la epistemología contemporánea. Madrid: Tecnos (21-38).