En Australia, la asignatura “Feminismo” comenzará a impartirse en un instituto de Melbourne. La profesora precursora aseguró que su objetivo es que los jóvenes “piensen de manera más crítica sobre los comportamientos sexistas, que ellos mismos observan o fomentan en su día a día”.

Este logro  comenzó con una campaña del Colectivo Feminista del Instituto Fitzroy en Melbourne.

La nueva asignatura se estructurará en tres módulos y explorará temas como la violencia machista, la imagen de las mujeres en los medios de comunicación y la desacreditación de algunos mitos feministas de acuerdo con el documento que O’Keeffe publicó en la plataforma digital Kickstarter.

La escuela tiene un papel fundamental para el cambio

Son los estereotipos los que deben combatirse desde muy temprana edad, los estereotipos que nos dicen que las niñas juegan con muñecas y cocinitas y los niños con coches de combate o naves espaciales, los estereotipos que visten de azul a los niños y de rosa a las niñas.

Me encontré con una web mexicana, como seguro hay otras: Asexoría. Detrás de ella, hay “un grupo de profesionales que trabaja para prevenir el maltrato y el abuso sexual infantil, a través del desarrollo de habilidades para la vida en los niños y niñas, apoyando a sus padres, madres y formadores para que logren convertirse en educadores integrales de la sexualidad”.  Uno de sus artículos nos habla sobre cómo promover la equidad de género en las escuelas y cómo la comunidad educativa puede evitar la transmisión de estereotipos que en un futuro puede llevar a la violencia de género.

Comparto aquí algunas de las recomendaciones que Ana María Ortega Mota hace:

  • Favorecer la participación en las mismas actividades o juegos. “Invita tanto a los niños como a las niñas a jugar al fútbol, a la casita, a las muñecas, a las carreras, etc. Haz hincapié en la disponibilidad de espacios y actividades para ambos sexos”.
  • Utilizar cuentos, canciones y material didáctico que promuevan la equidad. “En ocasiones, los cuentos y canciones perpetúan los estereotipos de género, por ejemplo, los cuentos de hadas en los que las princesas son frágiles y los príncipes son valientes. Cuando utilizamos cuentos no estereotipados, abrimos un abanico más amplio de personajes con los que los niños y niñas puedan identificarse”.
  • Realizar dinámicas de grupo que les ayuden a reflexionar sobre los roles de género. “Puedes pedirles que se disfracen de distintas ocupaciones (policía, enfermero/a, astronauta, chef…) y que actúen de acuerdo a la ocupación que se les asignó. Pregúntales cómo se sintieron e invítalos a pensar sobre las funciones diferenciadas para hombres y mujeres que hayas observado durante el juego (por ejemplo, si creen que sólo las mujeres son aptas para cuidar de los otros/as o sólo los hombres pueden dedicarse a la ciencia, etc.)”.
  • Permitir la libre expresión de sentimientos a niños y niñas por igual.
  • Dedicar tiempo del día a analizar los estereotipos que observan en los medios de comunicación. “Por ejemplo, los lunes al iniciar las clases, pídeles que dibujen y describan las características de algún personaje que hayan visto en la televisión durante el fin de semana. Orienta el diálogo grupal hacia los cambios que tendrían las historias si el personaje fuera del sexo opuesto. Esto les ayudará a visualizar de forma más clara las formas de ser y actuar que se asignan en función del sexo y las limitaciones que éstas implican”.
  • Practicar el uso no sexista de lenguaje.
  • Facilitar espacios para la resolución no violenta de conflictos. “Invierte tiempo de clase a la expresión de las emociones ante la situación de conflicto, incítalos a escuchar la posición de cada una de las partes y ayúdalos a buscar soluciones que beneficien a todos y todas”.

Pero también un papel fundamental tiene el profesorado y es éste el que debe comenzar a romper estereotipos.

Hay recursos interesantísimos que se están proponiendo y aplicando. Así nos lo hace saber Lucía Vicent de Fuhem Ecosocial.

Una de las iniciativas educativas de la que nos habla, es la propuesta por la Fundación Mujeres y su Maletín: “=a2 Fórmulas para la Igualdad” , a través de las cuales busca lograr “sensibilización, reflexión, prevención y promoción de la igualdad de oportunidades en ese gran laboratorio que es la Educación (formal, no-formal e informal)”. Otra es “Educando en Igualdad” que ofrece un variado material para las aulas. No solo ello, se enfoca en la formación del profesorado, la elaboración de materiales (didácticos y de investigación), la realización de talleres con el alumnado, campañas de sensibilización, etc, con el objetivo de mejorar la igualdad de género dentro de la comunidad educativa.

“La sociedad de la que formamos parte asigna de una manera más o menos sutil distintos roles y consideraciones a mujeres y varones. La escuela no queda al margen y sigue latente, entre el profesorado, la influencia que tienen sus vivencias o valores a la hora de transmitir contenidos o relacionarse con las y los alumnos (en el comedor, en el patio, etc.). Estas cuestiones, que resultan imprescindibles a la hora de abordar las diferencias de género en la educación, se recogen en un concepto cada vez más conocido: el currículo oculto. Todo el trabajo que, en consecuencia, se ha articulado en este campo resulta crucial y justifica la proliferación de experiencias, de tipología muy variada, en este terreno”. Lucía Vicent

Fuente: http://www.vocesvisibles.com/