Durante la séptima jornada de juicio por el femicidio de la mujer testificaron policías de la División Homicidios que se abocaron a la investigación preliminar; análisis de las cámaras de seguridad y detención de los imputados.

Por Andrea Sztychmasjter

Una extensa jornada de audiencia puso como protagonistas a los Policías de la División Homicidios e integrantes del Centro de Investigaciones Fiscales que trabajaron durante la investigación inicial -cuando Palomo se encontraba desaparecida junto a su camioneta- y posterior al hallazgo del cuerpo de la señora en el año 2019.

Durante sus testimonios la presidenta del Tribunal, la Jueza Norma Vera, se mostró atenta ante cada detalle de las declaraciones y fue contundente ante las repreguntas efectuadas a los policías. Otro aporte lo hizo el vocal, el doctor Roberto Lezcano, quien llamó la atención a los policías ante confusas afirmaciones.

En términos generales la versión policial después tomada por la Fiscalía y ordenada para que las piezas se acomoden es: Mientras el menor L iba siendo trasladado desde su casa hacia la dependencia en la camioneta de la División Homicidios (manejaba el chofer Silvera, de acompañante iba comisario Costello, atrás L y su madre). El menor le ordenó a su madre que se bajara de la camioneta porque él quería hablar con el chofer. Allí a solas con el chofer el joven L le brindó “espontáneamente” la versión que después lo imputaría como el único asesino, versión posteriormente reafirmada por la policía y la fiscalía.

Aunque los testimonios del chofer y el comisario fueron discordantes en cuánto al lugar en donde el menor habría decidido inculparse, los dos comentaron que el chico contó que ese día “estaba loco”, se fue al súper a comprar cereales y vio de casualidad a la mujer y decidió ultimarla.

Los dos policías sí coincidieron en declarar que antes de esa versión el chico L dio otra de lo que habría sucedido. La misma concuerda con la declaración del menor frente al Tribunal: que fue obligado a matar a la mujer. En su declaración el menor además relató que en la camioneta policial, un efectivo le dijo que se haga cargo, que era menor, y no le iba a pasar nada. Por supuesto sobre esto no declararon nada los policías.

Un jefe en el terreno

En primer lugar declaró el comisario Victor Saiquita quien se desempeñaba en la División Homicidios al momento del hecho. Aseguró que trabajó junto a los policías Tolaba Matías instructor a cargo de la causa, sargento Guantay y comisario Costello, segundo jefe de la Brigada de Homicidios.

El comisario manifestó que se hizo presente en el lugar del hallazgo del cuerpo y se abocó a observar el terreno. Fue uno de los defensores de Carrizo quien le consultó acerca de la presencia en el lugar de Raúl Navarrro, nombrado en su declaración por el policía Eusebio Choque. Saiquita respondió no saber de él.

Durante la quinta audiencia al prestar declaración el policía Eusebio Choque de la División Homicidios abocado al “servicio de calle del grupo del oficial Tolaba”. Éste manifestó: “El 1 de setiembre me llama el oficial Guerra para que me desplace a ruta 21 pasando barrio Cielos del sur, en el lugar ya se encontraba el oficial, el comisario a cargo Tolaba. Se encontraba también personal de canes con tres perros, eran las 8.45 hs. Por orden del comisario Saiquita me entrevisto con el sereno del vivero, personal de Track seguridad, personal de la comisaria de villa Palacios, consuegra de uno de los hijos. Raúl Navarro, solicitó entrar para identificar el cuerpo. Me entrevisto y tomo conocimiento que su hija era novia del hijo de la señora”.

El chofer que no es “convidado de piedra”

También compadeció Claudio Silvera suboficial principal de la División Homicidios, quien se desempeñó como chofer de un vehículo de la División el día del hecho.

“Recuerdo que ese día un domingo me desplazo con el comisario Costello a buscar al menor L.C. Era domingo 12 de la noche, manejo hasta la casa del menor en un móvil camioneta Toyota afectado a la División, nos apersonamos y el jefe Costello se baja y habla con la madre. Suben al móvil, el menor con su madre hasta la División Homicidios”.

El suboficial detalló que “cuando estábamos todos reunidos el muchacho dice que lo habían obligado a matarla que eran 4 personas más grandes y que iba a ser boleta si él hablaba. Lo documente en mi informe. Después de eso cuando nos dirigíamos al médico, el menor estaba molesto y le dice a la madre ‘bajate que quiero hablar con la policía’. Se baja el jefe Costello y la madre”, declaró Silvera.

La jueza lo interrumpió para consultarle al declarante: “¿Ud está facultado para entrevistar menores, por que admitió eso?”.

-“Costello accedió a que lo escuché al menor, porque la madre le dijo”, respondió.

«Escuché lo que me relató, que esa mañana se levantó con mucha bronca porque había discutido con su madre que tenía que ir a comprar cereales, que se metió al súper  y se quedó sentado al costado, que vio bajar de una camioneta a una señora grande. Y dijo ‘a esta vieja la hago aca’, y que le dijo que le de todo y que se suba a la camioneta, ahí le da puntazo en la garganta, que él pensaba que estaba muerta la mujer y que la tapa con su campera, que después se retira de ahí y dice que él estaba loco y que se le escapó a la policía en un control. Inmediatamente de eso fue a buscar a su amigo Hugo le contó todo lo que pasó y dijo vamos a buscarlo a Damián y que él le dijo vamos a buscar a dos más que son dos ‘blancones’ y que después fueron a tirar el cuerpo”.

El policía aseguró que el comisario Costello estaba hablando por teléfono al lado con la ventanilla baja y que tanto la madre del menor como Costello estaban a menos de un metro de la camioneta donde él se encontraba con el menor contándole esta versión.

“Subieron después la madre cuando término de escuchar y subió. Lo llevamos al médico y alojamos al chico en Centro de Menores de conflictos. Yo lo notaba alterado, exaltado, nervioso, hablaba fuerte, no lloraba”, sostuvo.

Pedido de la querella no aceptado

Fue durante la declaración del chofer Silvera que uno de los abogados querellantes le consultó:

-¿En algún momento le advirtió sobre sus derechos (al menor)”?

-El habló en forma espontánea, yo no le realice ninguna pregunta, le di aviso a mi jefe, respondió el chofer.

La querella solicitó que atento a sus consideraciones el informe elaborado por el chofer “carece de todo valor y vulnera garantías constitucionales, está claro que este tipo de acciones no pueden ser tomados como coacción inherente que es cuando se presta declaraciones ante la policía y peor aún en un móvil”.

Señaló el abogado que entendiendo que lo manifestado por el chofer se presenta como una cuestión modular y para evitar acarrear nulidades en el proceso, solicitaron la exclusión probatoria del informe elevado por el chofer respecto a la declaración supuestamente espontánea que hiciera el menor.

Fue el Fiscal Pablo Rivero que ante esta petición de la querella manifestó  que el informe era conocido desde la investigación, pasó etapa del juez de garantías y había sido permitida por todas las partes.

“Los policías no son un combinado de piedra, cuando alguien manifiesta algo es una manifestación espontánea, que conoció por sus sentidos”, dijo el fiscal en defensa de los dichos del chofer.

Y agregó el fiscal “entiendo que no viola ninguna garantía constitucional, no hay fuerza o coacción sobre esta persona”.

Los abogados defensores de los imputados en igual medida opinaron como improcedente el pedido querellante mientras que el Tribunal decidió no hacer lugar pues nombraron que la propia querella anteriormente había presentado como prueba este informe. “Contraviene la teoría de la propios actos, surge irracionable el planteo. No se han advertido modificaciones”.

Un jefe que agradece testigos

También declaró Rafael Costello segundo jefe de la División Homicidios, trabajador del CIF y de amplia trayectoria en el mundillo criminal.

“Este caso fue caótico por la gran cantidad de información que empezó a surgir”, comenzó su alocución con un tono de voz particular el jefe policial.

Pese a su gran trayectoria el jefe admitió que realizaron un rastreo de la camioneta a partir de una aplicación encontrada por un hijo  de la mujer.

Después del hallazgo del cuerpo por la denuncia de una mujer de la zona, Costello manifestó “Héctor Barboza licenciado del CIF tenía la apreciación que no era la escena del hecho sino la camioneta. En base a eso es que empezamos”, describió.

Además refirió la existencia de una cámara “La que toma la camioneta en la Coca Cola, dos acompañantes, el día sábado eran como las 17 hs, que iba en dirección a zona sur”.

Sobre la detención del menor de edad sindicado como el autor del femicidio, Costello mencionó que dieron con él a partir de los dichos de Caxal y Carrizo que se presentaron en dependencia acompañados de un video.

“En ese momento fuimos creo que dos grupos porque no teníamos el lugar de la casa. Ese dato lo dan los chicos que se presentan en criminalística”.

La presidenta del Tribunal le consultó de donde conocía al padre de Caxal: “El señor se llama Gustavo Bravo era personal policial de investigaciones desde 2001 en la comisaria 2. Hicimos contacto visual en la oficina de Homicidios. El primero que llega es el grupo del oficial Matías Tolaba, cuando nosotros llegamos fue tarde noche tipo 20”.

Fue el momento en que sin que nadie le pida, personal policial presente en la sala de juicio le acercó un vaso de agua al policía.

“En ese horario era vox populi en los medios de comunicación del hallazgo de la camioneta. A ese momento no tenía conocimiento que Caxal era hijo afín del señor Bravo, recién ahí ilustran el nombre de Picareli, que tenía una casa en Tres Cerritos”, prosiguió Costello después de tomar agua.

“Lo veo a Bravo, nos saludamos, le dije lo que había salido en los medios de comunicación. Trabajó en el área de investigaciones y yo en la primera, se dio de baja por un hecho delictuoso. Le di me tarjeta y mi teléfono para que esté en contacto conmigo”, refirió.

El jefe policial consignó que “Hubo una bisagra que surge del análisis de cámaras, diferencia horaria que no era justificable según lo manifestado por los testigos entre una hora o dos horas. Era mucho el tiempo y no era coherente. Allí la doctora Sodero, solicita la demora de estos chicos Caxal y Carrizo días siguientes. Fue una disposición verbal de la fiscalía”.

El juez Lezcano le comentó a Costello “Me llama la atención que haya agradecido una ayuda y que ya tenían datos de un supuesto autor. Quiero que me de una explicación racional lógica”.

El juez se refería a los dichos de Costello frente al Tribunal al contar que agradeció a los imputados Caxal y Carrizo cuando estos al otro día del femicidio concurrieron a la dependencia a decir que habían sido testigos del hecho y que el menor era el asesino.

El policía explicó que hasta ese momento no había otra persona más que el menor sindicado y que se abocaban solo a las indicaciones que les daba la Fiscalía, que ellos no podían detenerlos.

Jefe que conocía al padre

El jefe Costello continuó declarando acerca de la detención del menor L: “Vamos dos grupos yo fui a la casa, toqué la puerta y hablé con la madre. Nosotros no teníamos precisión si era el domicilio, ahí cuando me atiende una señora en la madrugada del lunes y yo le pregunto por L y me da el apellido, le pregunto si era menor, fui como personal policial me llamó la atención que ahí vivía Canevari rubio, me llamó la atención por las circunstancias yo relacionándolo con este hecho”.

El hecho al que hace mención Costello se remonta a 2004 cuando el padre de el menor sindicado como el asesino de Sandra Palomo habría asesinado a su cuñado tras apropiarse de una suma de dinero que éste último tenía para pagar los sueldos de unos peones en una finca cercana a Cachi.

Declaraciones retaceadas

Declaró asimismo Eduardo Guerra suboficial de la policía División de Homicidios, quien realizó análisis de cámaras del super VEA. Resulta llamativo que el suboficial en un primer momento declaró que de sus análisis observó que “No recuerdo ver entrar a otros vehículos posteriores al ingreso de la camioneta al supermercado”. Sin embargo y ante la consulta de la presidenta del Tribunal que consignó sus informes, Guerra después señaló que sí se visualiza la entrada y salida de varios vehículos durante las horas posteriores al ingreso de la camioneta.

Guerra argumentó que por el tiempo trascurrido se le había pasado por alto. Y entonces empezó a detallar la entrada de otros vehículos, incluso de uno que ingresa y sale casi al mismo tiempo que la camioneta de Palomo.

El policía declaró que observó que a las 13.53 se ve vehículo oscuro se visualiza sobrepaso ingreso del estacionamiento. 14.12 hs se logra divisar vehículo color gris. 14.13hs silueta de una persona, aparentemente relacionado al vehículo de color gris. 14.13 hs camioneta blanca tipo kangu 14.20 observa un sedan vehículo sale del super, tenía cinco puertas color oscuro. A las 14.21 hs se retira del súper la camioneta. 14.22 se observa sedan color azul que también sale.

El abogado querellante le consultó a Guerra sobre el horario de la entrada y salida de la camioneta del supermercado VEA de Tres Cerritos, lugar donde habría sido ultimada la mujer, y la de otro vehículo. El letrado consignó como llamativo el breve lapso de tiempo y la coincidencia en que arribaron ambos vehículos y se retiran también casi al mismo tiempo del supermercado.

El policía se justificó en su declaración diciendo que no tenía recuerdos de algunos datos llamativamente importantes: “Después no quiero que digan que el oficial Guerra está mintiendo”, manifestó.