Trabajadores de la empresa a la que se concesionara la obra de refacción de la cárcel de Orán denunciaron que las paredes se hicieron con un material poco pertinente, además Galli construcciones les adeuda los sueldos. Desde la empresa le tiran el muerto al Gobierno.
La obra en cuestión se inició a principios de septiembre y tenía un plazo de 3 meses para su realización para la que se presupuestaron $1.876.097, los cuales al parecer fueron destinados a comprar materiales de baja calidad para la edificación de las paredes, que en el caso de las unidades carcelarias se recomienda sean de material macizo, para evitar fugas. Pero esto no fue lo que estipularon en el contrato con el gobierno provincial, aseguraron desde la empresa Galli construcciones, encargados de la obra. “Nosotros estábamos construyendo un nuevo pabellón para detenidos, y es muy grave ver cómo se construye con ladrillones huecos. Es algo impensado si hablamos de seguridad”, comentó uno de los empleados. Mientras otro recordó la metodología para armar una pared: “Para hacer un pabellón de una cárcel, en primer lugar lleva paredes altas, y tiene que tener una buena base, buenos cimientos, lo que se denomina un antisísmico, luego viene el encadenado que se rellena, y la capa aisladora que trae la pintura asfáltica, y ahí recién se comienza a levantar la pared”, cosa que no se hizo en esta obra.
La denuncia de los trabajadores también implica la falta de pago. En una entrevista otro de los trabajadores comentó que les deben tres quincenas y “el pasado viernes nos dieron un adelanto, porque nosotros ese día estábamos citados en el Ministerio de Trabajo, y justamente por este adelanto, se suspendió la audiencia, pero solo fue un pago parcial, intentando callar nuestros reclamos”. Además mencionó que desde Galli construcciones les dijeron que la falta de pago se debe a que desde el gobierno no están girando el dinero a la empresa.