Los sondeos a nivel nacional dan cuenta de que las elecciones de medio término estarán atravesadas, cuando no determinadas, por las consecuencias económicas de la pandemia. Pobreza, inflación y desocupación ascienden en el ranking de preocupaciones entre los votantes del Frente de Todos.
La consultora Management & Fit publicó una encuesta realizada en todo el país en la que se revela un humor social hostil para el gobierno nacional de cara a las elecciones legislativas. Mientras decrece la confianza de los ciudadanos en la capacidad del gobierno para resolver los principales problemas de la pandemia, se imponen las preocupaciones económicas como definitorias del voto de medio término. Todo esto, concluye el estudio, contribuyó a que los encuestados muestren una preferencia por una alternativa opositora.
El primer interrogante de la encuesta deja en evidencia el contexto de apatía en el que se desarrollarán los comicios. Ante la pregunta ¿Cómo considera que está la situación económica del país en comparación con un año atrás?, un 66,4% respondió «mucho peor», un 21,4% «peor», un 14,6% «igual», el 11,5% «mejor» y el 6,3% restante «mucho mejor». Proporcionalmente, son los menores de 40 años y personas de nivel educativo alto quienes tienen una visión más negativa del futuro. Aún a pesar de estos guarismos, si se analiza el desarrollo de la curva en cuanto a expectativas económicas, las visiones positivas van en aumento.
En el ránking de preocupaciones, los argentinos siguen dando prioridad a problemas históricos como la corrupción, aunque en los últimos meses han ido ganando terrenos las problemáticas enteramente económicas. En el período febrero-junio, la «inflación y suba de tarifas» creció como principal preocupación de los argentinos pasando de 22,2% a 25,1%. En ese tramo también aumentó la preocupación por la desocupación, pasando de 9,9% a 15,3%. Por su parte, la pobreza creció dos puntos en el ránking, alcanzando los 10,9%.
Lo curioso de esta medición es que, si se realiza un cruce entre la variable anterior y la aprobación/desaprobación de la gestión Fernández, nos encontramos con que los problemas económicos se imponen entre quienes apoyan al oficialismo; mientras que la corrupción sigue siendo el principal eje de la crítica opositora. Posiblemente esta sea una de las principales derrotas de la gestión nacional a 18 meses de su asunción: no haber logrado enmendar el desastre económico heredado del macrismo y agravado por la pandemia.
Cuando se indaga sobre las principales preocupaciones derivadas de la crisis sanitaria, también pican en punta las «consecuencias económicas» con un 58% de las respuestas. En tanto, un 29% asegura sentir preocupación por «infectarse con el virus». Esta última variable aumenta entre quienes tienen más de 40 años y en las personas de nivel educativo bajo. Por otro lado, proporcionalmente más varones, personas de nivel educativo medio y menores de 40 años se muestran más preocupados por las consecuencias económicas.
Poca confianza en la gestión
La evaluación sobre la gestión gubernamental, además, no es positiva. Por ejemplo, la confianza que despierta a la hora de solucionar distintos problemas, como la crisis sanitaria, la crisis económica, la implementación o finalización del plan de vacunación es negativa. En todos los casos son más quienes tienen «poca» o «nada» de confianza en comparación con quienes tienen «algo» o «mucha» confianza.
Del mismo modo, la mirada sobre la gestión presidencial no pasa por un buen momento: el 57% muestra desaprobación, mientras que el 34% aprueba. Estos resultados son constantes en los últimos meses, lejos de lo que sucedía en marzo del año pasado, cuando eran exactamente al revés: el 57% aprobaba y el 34%, desaprobaba.
Aun así, el presidente es el dirigente del Frente de Todos con mejor imagen entre los relevados. Con 34 puntos de imagen positiva y 48 de imagen negativa, tiene un diferencial negativo de 14 puntos, mejor que los de Axel Kicillof y Cristina Kirchner (ambos -26) o Daniel Scioli, con 39 puntos más de imagen negativa que positiva.
Los cuatro dirigentes que encabezan la medición pertenecen a Juntos por el Cambio. Horacio Rodríguez Larreta es el único con diferencial positivo: tiene 12 puntos más de imagen positiva que negativa. Lo siguen Martín Lousteau, María Eugenia Vidal y Patricia Bullrich. Mauricio Macri, por su parte, se encuentra entre los peores, con 22 puntos de imagen positiva y 53 de imagen negativa.
De cara a las elecciones, el estudio plantea qué tendrá más influencia a la hora de emitir el voto. Para el 50% de los consultados, la situación económica será lo principal. El 22%, por su parte, apuntó al manejo de la pandemia por parte del Gobierno. El 15%, mientras tanto, respondió que será el candidato o partido de su preferencia.
En cuanto a la intención de voto, el oficialismo parece en retroceso. El 35,8% aseguró que planea votar a un candidato favorable a la coalición opositora. El mes pasado, ese porcentaje era del 37,4%. A contramano, un 51,5% se muestra dispuesto a elegir a un candidato opositor. En el registro anterior, ese porcentaje llegaba al 50%.
Vacunación y grieta
Entre las conclusiones del estudio figura la creciente polarización entre quienes confían en el plan de vacunación del gobierno y quienes no lo hacen, brecha que se corresponde perfectamente con la grieta entre oficialistas/opositores. La confianza en la implementación de vacunación es prácticamente nula (10.1%) entre quienes desaprueban la gestión de Alberto Fernández. Por el contrario, entre los que la aprueban más del 90% sí tiene confianza.
Sin embargo, la predisposición a colocarse la vacuna contra el Covid-19 creció significativamente desde la llegada de las primeras dosis al país, fundamentalmente entre los mayores de 40 años. En noviembre de 2020, sólo el 36,7% de los encuestados se mostraba dispuesto a colocarse la vacuna, porcentaje que escaló al 81,5% para junio de 2021. Quienes prefieren «esperar unos meses» disminuyeron su participación en el mismo período del 37% al 8,7%; y los que no tienen pensado vacunarse pasaron de ser el 19,4% al 6,4%.