El Gobierno provincial lanzó el ciclo lectivo con el respaldo de sectores tradicionales del sindicalismo.

El ciclo lectivo 2020 ingresó en la primera semana a pantalla partida, con el inicio formal de clases realizado en General Güemes y algunas movilizaciones de educadores por el centro capitalino. Con detalles pendientes, pero no imposibles de ser subsanados, por ambas partes en los días que siguen.
Tal vez, al Ejecutivo provincial le convenga ir más allá de la guía heredada por la administración anterior (que dejó a Salta como el distrito con más días de paro docente en 2019) y no quedarse en consensuar con los que ya están convencidos de antemano. Es decir, los sindicatos de educadores con déficit de legitimidad en materia de representación de los afiliados, pero mayor aquerenciamiento en despachos oficiales.
En la contraparte, el sector de Autoconvocados que este lunes inició la temporada educativa con protestas –y amaga con más de esta medicina- tal vez sea requerido un esfuerzo organizativo. La designación invocada para esta expresión de descontento lleva un año como estandarte, tácitamente en repudio a varios gremios formalmente constituidos, aunque en algún momento deberán contar con algún atisbo organizativo. Al menos, en cuanto a las instancias de diálogo que así lo exigen.
Probablemente habrá un núcleo duro en Autoconvocados que mocionen por la continuidad de las medidas de fuerza, independientemente de la oferta o mejora que realice en los próximos días la gestión provincial. De todas maneras, ya habrá una señal política hacia el resto de los educadores, por lo que cabe confiar lo que cada uno de ellos decodificará sobre este particular.