En la televisión local además de los programas conocidos, solemnes, respetuosos y con poca onda, hay otra propuesta de realizadores locales: Opahuasi TV, que antes de largar con su tercera temporada conversaron con nosotros acerca de lo absurdo de la salteñidad y cómo aprovechar eso para hacer humor. (R.E).

Si partimos considerando que Salta tiene mucho de surrealista y absurda no sólo en lo histórico, sino también en lo cotidiano, electoral, laboral, institucional y un largo etcétera que lleva a los que vivimos en este suelo a preguntarnos si no seremos parte de una gran broma macabra de los dioses que se empeñan en ponernos en situaciones de mierda para cagarse de risa de nuestras desgracias o -prescindiendo de los dioses- si es que somos nosotros mismos los responsables de esta gran opería, entonces no resulta extraño que los compadres de Opahuasi tengan un amplio rango de inspiración para desarrollar los personajes que conviven en esta casa del opa.

El programa se arma un par de años atrás entre los changos de Qaway Audiovisuales (Fefo Sarmiento, Tavo Granados y Matías Martínez y para esta tercera temporada se suma Fito Soria artístico/técnicamente) y Peso Neto Teatro (Pablo Dragone, Daniel Chacón y Marcelo Cioffi) y al inicio salía por canal 6 de aire con un formato similar al actual pero de menor duración y para el 2014 largaron con media hora semanal en canal 9 (donde continuarán este año a partir de mayo) y también difundiendo los programas completos por Youtube.

Si bien hay experiencias previas de un formato parecido, en las que la salteñidad es puesta en tela de juicio a partir del humor y la sátira -Dignidad 0 a principios de este siglo tenía una onda similar y hay algunos videos en la web para comprobarlo- resulta extraño no encontrarse con más propuestas de este estilo. Al respecto Matías nos comenta: “Hacer vídeo es difícil, hacer ficción es mas difícil; bah, es caro, porque lleva bastante tiempo, entonces es fácil ver porque nadie más hace algo así. La tele de Salta viene creciendo, pero le falta mucho todavía, se explota mucho y por ende se valora poco… no garpa. De hecho nos pasa que tenemos un espacio publicitario propio de Opahuasi y no logramos rellenarlo. Fuimos entendiendo que los comerciantes no ven un negocio en la tele si no que cuando pautan lo hacen de favor. O pauta oficial. Nosotros hacemos el esfuerzo, dedicándole tiempo y lo que tenemos a mano, por suerte somos actores y realizadores, así que tenemos cosas muy útiles para hacer tele. Y esfuerzo es un decir, porque nos cagamos de risa”.

Como tantos otros proyectos que giran en la provincia y particularmente en Capital, hacerlo a pulmón y de onda parece una constante también en la televisión si es que alguien quiere alejarse del formato conocido y explotar propuestas un tanto más novedosas. La estética de Opahuasi tiene dentro de la improvisación y el “usar lo que se tenga a mano” cierta coherencia que la da la falta de recursos y el saber aprovechar esta situación para hacer TV. “Nuestras historias pueden criticar el consumo de televentas, hacer sátiras políticas, mofarse del ajetreo urbano y del periodismo amarillo, o hasta mostrar la sutil opería de la vida cotidiana”, comentan los muchachos.

Entonces tenemos a tres actores que hacen casi todos los personajes (sino todos), desde los payasos mala onda que animan fiestas, pasando por las viejas chetas que conversan de las vicisitudes propias de las viejas chetas, el movilero que va en busca de primicias que si no existen las inventa, el maestro oriental que brinda mensajes confusos, hasta el fantoche político que en estas épocas electorales los Opahuasi explotaron en las redes sociales realizando una parodia de los principales actores políticos y su cartelería, entonces podemos ver a dos salames que se abrazan y pueden leerse el texto: “Fulano + Mengano, Salta nos amucha”. También está la otra versión de los iluminados que irradian su luz de bondad (?) sobre el rebaño: “Bienaventurados los humildes porque siempre serán apoyados. Juntos pobremos más”.

La consigna es tan cierta como graciosa y triste: “Se inicia una nueva y feroz campaña política. No queremos faltar a esta cita con el patriotismo, así es que presentamos a nuestros propios candidatos. Y no nos importa candidatos a qué, ya que la virtud no radica en el cargo, sino en el ansia de chore… perdón, de aportar. Votá absurdo, votá Opahuasi”.

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En cuanto a esta campaña paralela nos cuentan: “Si nos ponemos a pensar en estas elecciones y en si hay un nombre para ponerles, sería ‘absurdas’. Los personajes se mostraron regalados para que la sátira sea una necesidad, la dejaron picando. Ante el absurdo la respuesta fue más absurdo, y trabajando en conjunto pensamos las parodias de los afiches más populares, y decidimos hacer una movida en Facebook para adelantar y contestar un poco desde el espacio que tenemos, que es el programa. Y así también nos vamos preparando para la temporada de este año, en la que habrá también un formato que podríamos considerar más maduro y elaborado, en el que la sátira política está presente también”.

Hay mucho de cierto en lo que comentan, porque en realidad hay que ser bastante ciego para no cagarse de risa de las campañas de algunos candidatos, sino de todos. Lo que sucede es que el bombardeo visual que afea las calles de la ciudad ha hecho tan común la presencia de las jetas políticas que tal vez uno no se detiene demasiado a reflexionar en el verdadero mensaje que se esconde detrás de las intenciones de una cara bonita y bien photoshopeada que promete una mejor ciudad, una mejor provincia, cortar con el pasado, unirnos entre todos y muchas pelotudeces más que si no son absurdas, pegan en el palo. Que un candidato a vicegobernador no aparezca en los carteles y en su reemplazo se coloque una gorra amarilla y el cartel diga “vota a la gorra” (y este no es un cartel de Opahuasi) es hacerse la burla de los electores o al menos tomarlos por pelotudos. Pero ese es otro cantar que ya analizamos en otras notas de este medio. Volvamos a lo que se viene.

En algunos días más vuelve el programa, y para este año tienen preparadas algunas cosas más: “Vamos desde los personajes del año pasado, pasando por nuevas historias que hablan también de nuestro presente, de cosas relacionadas con la salteñidad, y otras no tanto, sosteniendo el absurdo como una forma de decir cosas y hacer reír. También vamos a hacer producciones con otra calidad, con más recursos técnicos y de arte, para que las formas del programa no distraigan, y se vea un trabajo profesional, lo mismo desde las actuaciones hasta el guión”.

En la introducción del programa puede verse una buena descripción de lo que es Opahuasi: una semilla de donde nace una casa con cara de opa a la que le revienta el mate y sale volando un chori con alas que termina siendo devorado por Güemes mientras el Cuchi Leguizamón toca la guitarra para que dos empanadas bailen sobre un vinilo. ¿Acaso Salta no es en parte así? Cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia.