En la compleja trama de la política, el fenómeno del transfuguismo emerge como una epidemia que amenaza la integridad del sistema democrático. Este término, que describe el acto de un político que cambia sus ideas, revela no solo la flexibilidad inherente a la política, sino también la fragilidad de la lealtad democrática y la ética en este ámbito

El transfuguismo se manifiesta en dos formas distintas: aquellos que cambian sus ideas antes de asumir sus funciones y aquellos que lo hacen después de ocupar una posición elegida. Ambas variantes plantean preguntas incisivas sobre la lealtad hacia los electores y la coherencia ideológica.

La motivación detrás del acto de cambiar de ideas en la política en la mayoría de los casos sugieren objetivos menos transparentes, como la obtención de prebendas, el aseguramiento de posiciones más destacadas o, en casos más oscuros, prácticas vinculadas a la corrupción.

Para disfrazar el cambio de lealtad y minimizar la traición al electorado, muchos legisladores optan por no integrarse formalmente a un bloque rival. En cambio, forman monobloques que actúan como apéndices de otros partidos, a pesar de que esta práctica esté prohibida. Esta táctica es común en Argentina, evidenciando la necesidad de regulaciones más estrictas.

 El Transfuguismo Político de Pamela Calletti: Un Ciclo de Lealtades y Cambios Ideológicos

Pamela Calletti, ha transitado por diferentes lealtades y ha sido la protagonista esta semana, de un nuevo episodio de transfuguismo político. Su trayectoria comenzó como persona de extrema confianza de Rodolfo Urtubey, para luego desempeñarse en el gobierno del hijo de este, Juan Manuel Urtubey. Posteriormente, cruzó el charco ideológico al sumarse al equipo del gobernador Gustavo Sáenz, consolidando así su carrera política.

Sin embargo, este ciclo de lealtades tuvo un nuevo giro cuando fue eyectada del Grand Bourg y casi sin esfuerzo llegó al Congreso de la Nación, formando parte del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados. A pesar de su posición, que es la envidia de las muchachas peronistas de la calle Zuviría, la gestión de Pamela no ha generado proyectos significativos que respalden su presencia en el Congreso como representante de los salteños. Tanto es así que su mayor destaque pasa por hacer una columna en un canal local, en donde no habla de proyectos, política, o gestiones, sino que se dedica a promover emprendimientos y mostrar los regalitos que le hacen de agradecimiento. 

El último capítulo de este zigzagueante camino de Pamela Calletti se escribió esta semana cuando muy suelta de cuerpo anuncio que abandonaba  el bloque kirchnerista que afila sus uñas para hacer padecer al electo presidente Javier Milei.  Por eso Pamela decidió cambiar de postura manera abrupta sumándose  a un bloque light de reciente creación. Despues de todo, Pamela no sabe estar con perdedores.

 Carlos Morello: Un Transfuguismo que Desafía las Promesas Electorales

La trayectoria política de Carlos Morello, líder de Libres del Sur, ha experimentado una transformación notable desde sus inicios como un joven idealista con la consigna de “Paco Cero”. Su ascenso político lo llevó a ocupar distintos cargos, desde concejal hasta director del Ente Regulador de los Servicios Públicos y, finalmente, rector de la Universidad Pública de Administración, Tecnología y Oficios (UPATecO).

Sin embargo, esta evolución no estuvo exenta de giros ideológicos y compromisos que, para muchos, representan una traición a las promesas electorales. A pesar de haber llegado a la política con la promesa de abordar el problema del consumo de drogas, Morello no solo no cumplió con esta promesa, sino que también se benefició del respaldo del entonces gobernador Juan Manuel Urtubey.

Su conexión con el oficialismo se consolidó aún más bajo la gestión de Gustavo Sáenz, donde ocupó roles estratégicos. Sin embargo, el punto álgido de su trasvase político fue su renuncia a la banca de diputado antes de asumir, un acto que sugiere acuerdos entre Libres del Sur y el gobierno saencista.

Este acto de transfuguismo político pone de manifiesto las prácticas cuestionables que pueden darse en el ámbito político, donde los compromisos personales y los acuerdos entre partidos prevalecen sobre las promesas hechas a los votantes. La sustitución de Morello por María del Socorro Villamayor, sin respaldo popular en las elecciones, resalta la desconexión entre la representación democrática y las decisiones políticas a puertas cerradas.

El caso de Carlos Morello no solo evidencia su derrotero ideológico, sino que también plantea interrogantes sobre la coherencia y la ética en la política. Los votantes que confiaron en sus promesas se enfrentan ahora a una realidad donde los intereses partidarios y personales pesan más que la fidelidad a los principios proclamados en campaña.

 Matías Assenatto: Un carrusel de lealtades cambiantes

La trayectoria política de Matías Assenatto ha sido un carrusel de lealtades cambiantes y alineaciones estratégicas. Inicialmente vinculado a la juventud radical, Assenatto formó parte luego del Frente Plural junto a su entonces amigo Matías Posadas. Sin embargo, el giro en su camino político lo llevó a adherirse a la gestión de Juan Manuel Urtubey, donde ocupó diversos cargos, desde la rectoría de UPAP hasta la intervención en El Bordo.

Su enemistad con Gustavo Sáenz, enemigo declarado, marcó otro capítulo en su historia política. La pérdida de amistad con Posadas y la derrota en la arena política lo llevaron a buscar refugio en el movimiento planero Libres del Sur, liderado por Carlos Morello.

No obstante, la política, con su capacidad para generar sorpresas, llevó a Assenatto a un nuevo viraje. Tras la elección de Emiliano Durand como intendente de Salta, Assenatto encontró un nuevo espacio en el gobierno municipal, marcando así un cambio radical en sus lealtades políticas.

El recorrido de Assenatto refleja no solo la versatilidad del sistema político sino también las complejidades de las relaciones interpersonales en este ámbito. Desde perder amigos y cambiar de partido hasta renunciar a convicciones previas, Assenatto personifica la naturaleza dinámica y a veces volátil de la política.

Su papel en las reuniones de transición en el área de tránsito, a pesar de carecer de idoneidad y conocimiento en la materia, plantea interrogantes sobre la meritocracia en la asignación de roles gubernamentales. En última instancia, el caso de Matías Assenatto destaca la importancia de la coherencia y la transparencia en la política, así como las oportunidades y desafíos que presenta el transfuguismo político en el panorama