El concejal Andrés Suriani aseguró que el movimiento de mujeres reproduce métodos de la Gestapo. Con nulo sentido histórico, el hombre las compara con la Inquisición que asó a 500.000 mujeres en hogueras en nombre de la lucha contra las “brujas”.
Las históricamente confusas declaraciones del edil macrista fueron expuestas en una columna de opinión publicada en el portal Qué Pasa Salta. Allí admitió la necesidad urgente de detener las agresiones y crímenes contra las mujeres aunque aseguró que esa causa es tergiversada “por grupos ideologizados que amparados por ese noble objetivo buscan instalar otras consignas totalmente alejadas de los verdaderos intereses y preocupaciones del género femenino. A modo de ejemplo podemos citar lo inconducente de insistir con las proclamas descabelladas de la Ideología de género, postulados que apuntan a promover un falso igualitarismo, antinatural, forzado y traído de los pelos que lo único que consigue es alejar la discusión acerca de cuáles son las verdaderas prioridades en la lucha contra la violencia hacia la mujer”.
Tras ese primer arrebato, el edil peinado a la gomina aseguró que esos grupos son minoritarios y “carecen de toda legitimidad para arrogarse representación alguna” porque según aseguró “han venido operando en los últimos años en el marco de lo que se puede identificar como el nuevo marxismo cultural donde quienes no acatan o respetan sus banderas son automáticamente escrachados públicamente, denostados en las redes sociales virtuales y son, sin más, denunciados ante el Inadi, organismo heredado del corrupto kirchnerismo, que ojalá algún día pueda liberarse del tinte totalitario y persecutorio con el que fue concebido”.
Ya entregado a la misión divina de salvar la esencia de la mujer que el hombre reclamó pero no identificó, Suriani renegó de que la sociedad observe como anestesiada cómo esas activistas usufructúan resortes estatales para que “sus anhelos inquisitorios tengan eco favorable”. “Lejos de instalar una mayor conciencia de parte de hombres y mujeres para detener este flagelo lo que se genera es alcanzar posturas extremas”, precisa el concejal quien asegura que en nuestra provincia fuimos testigos por estos días “de acontecimientos típicos de esta nueva inquisición laica donde todos debemos pensar y actuar conforme los dictados de estos grupos minoritarios. Una nueva Gestapo”.
Allí el autor de la incendiaria columna dejo su rol de concejal para retomar el de conductor televisivo para solidarizarse con los periodistas de AM 840 que protagonizaron un hecho bien conocido. Y tras ello asumió un tono testimonial para escribir “Yo mismo fui testigo de estos grupos totalitarios, recibiendo carta de lectores acusatorias por no pensar como “ellas”. Así de sencillo y prepotente es el accionar de estos grupos. Este delicado drama social precisa de los resortes dispuestos por los diferentes estamentos estatales y por organizaciones de la sociedad civil pero direccionados y ejecutados con seriedad y totalmente despojados de lecturas ideologizadas. Las pretensiones feministas, abortistas y de agravio al género masculino es una deformación antinatural que abre un frente de disputa inútil y redundante, dilatando la solución al problema”.