El presidente Mauricio Macri pasó por Salta para cerrar la 74° asamblea de la SIP. Allí dejó algunos conceptos bastante cuestionables sobre la situación de la libertad de prensa en Argentina. Cierre de medios, disciplinamiento a través de la pauta y caída en los estándares internacionales contradicen el relato oficial sobre la pluralidad de voces en el país.

En una fugaz visita a Salta, el presidente Mauricio Macri cerró la 74° asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa en el Hotel Sheraton. Junto al empresariado mediático nacional e internacional, el presidente aseguró que «nunca hubo tanta libertad de expresión como ahora». El mandatario además agregó: «Cada persona puede decir lo que quiere y piensa; ya no hay un Gobierno generando medios adictos que manipulan la información a su favor y mucho menos presionando a los periodistas».
 
Los planteos del presidente contrastan fuertemente con los informes que la misma SIP realizara en mayo de este año con respecto a la libertad de expresión en Argentina. 
«No solamente se coarta la libertad de prensa matando periodistas, también se “disciplina” a los medios y periodistas con regulaciones, decretos del ejecutivo, proyectos de ley que estrangulan económicamente y afectan la independencia editorial; discriminación en la distribución de la publicidad oficial, censura, demandas judiciales, ataques legales, físicos y cibernéticos contra periodistas y medios de comunicación, todo a merced de frenar la difusión de la información» rezaba el comunicado firmado por Alejandro Olmos, uno de los directores de la etidad.
 
El posicionamiento de Mauricio Macri también contrasta con el informe anual de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF), que refleja que Argentina descendió del puesto 50 al 52 en el ránking mundial de libertad de prensa. «La guerra mediática entre el gobierno y la prensa que marcó el ejecutivo de Cristina Kirchner se mitigó con la llegada de Mauricio Macri a la presidencia, en diciembre de 2015. No obstante, la situación sigue siendo preocupante: los medios de comunicación más críticos a menudo son acusados de calumnia y comparecen ante tribunales civiles» dice el informe que data de abril de este año.
 
Por otro lado, uno de los informes recientes de SIPREBA, da cuenta de que hay cerca de 3000 despidos en el sector a nivel nacional. Entre ellos se encuentran los trabajadores de Télam y Radio Nacional, vinculados directamente al estado, como así también de otros medios que se vieron obligados a cerrar por la asfixia económica, tal es el caso de la agencia DYN, Buenos Aires Herald, Diario La Razón y la revista El Gráfico. Otros tantos se encuentran en conflicto como: Radio Rivadavia, el canal C5N, Radio El Mundo, Editorial Atlántida, Radio del Plata, Radio 10, Radios Pop, Mega, Vale y TKM sumado a los  Canales CN23 y 360. 
En Salta, la situación se hizo palpable con los despidos de trabajadores de La Gaceta Salta, Express y Radio Nacional.
 
Por último, el presidente no hizo mención de la multiplicidad de casos en los que se detuvo y persiguió a tuiteros por supuestas «amenazas» a través de redes sociales, situación que llegó al extremo en el caso de Gastón Ramos, quien enfrenta una causa penal por «incitación a la violencia» tras citar la letra de una canción que dice: «hay que matar al presidente».