El laboratorio electoral del oficialismo ha definido estrategia para el 2021. Las elecciones se convocarían para el 23 de mayo, distanciando en casi cinco meses los comicios locales de la legislativa que calibrará el apoyo del presidente Fernández con Gustavo Sáenz. Antonio Marocco, por su parte, coincide con el Frente de Todos y se inclinó públicamente por la unificación de las elecciones. La postura inconsulta del vicegobernador va a contramano de la estrategia que diseña el Grand Bourg. (Leo Paredes)

De concretarse este proyecto, y suspendidas las primarias, los frentes o partidos deberán elegir sus candidatos hacia fines de marzo o principios de abril. El vértigo que deberán imprimir los dirigentes partidarios a sus proyectos u ofertas beneficiará al saencismo que ha cosechado estructuras municipales al compás de la adhesión de los intendentes y contará con aparato y fondos para inclinar la balanza.

Computan altos niveles de retracción y disconformidad ciudadanas tras una pandemia que castigó transversalmente al ciudadano y que sitúa nuevamente a la política entre las actividades más devaluadas. Semejante panorama pareciera inducir a la dirigencia a sacrificar la pelea intestina y evitar mayor fatiga para un elector crispado. Sin embargo, esa madurez no existe y las conspiraciones dentro de los cenáculos de poder se multiplican en desmedro de la necesidad de todos. Tal vez el Gobernador duerme con enemigos.

LA FALANGE ROMERISTA

El ovillo de la traición siempre tiene más de una punta y hasta el menos advertido aprende a rumiar los datos que lo conducen a conclusiones. En estos días la falange romerista se muestra en superficie incorporada al oficialismo saencista, pero en la penumbra diseña su intervención en múltiples escenarios para la eventualidad de un divorcio con Gustavo Sáenz. Juega al policía  bueno y malo asignando cada rol a Juan Carlos y a Bettina respectivamente.

Sin desesperación, y cada vez más optimistas, ambos advierten que coparon lugares estratégicos del gabinete, que dirigen al municipio más importante y encuentran, de a trechos, posibles socios políticos que los buscan cuando la indiferencia de los altos mandos del Grand Bourg los desilusiona y hasta encabrona. La aridez de un romerismo sectario y ultraverticalista ya no les perece incómodar y buscan, además de contención, participar de un sabotaje.

El diario El Tribuno es la herramienta efectiva que socava con paciencia la imagen del actual gobierno. Allí cada hermano Romero hace también de bueno y malo, pero el resultado es una mediatización pareja de las buenas y malas noticias, aunque siempre otorgando espacios significativos a los críticos que podrían acompañar una alternativa. Cada díscolo tiene la puerta abierta en un diario que no tiene ni un párrafo de ingenuidad y que enaltece o devalúa según la conveniencia.

SOLIS DESDE EL SUR

En estos días el Intendente de Rosario de la Frontera obtuvo protagonismo en base a una reunión del Frente de Todos en la que ofició de anfitrión. Pidieron la unificación de las elecciones provinciales con las nacionales, aprovechando como excusa que el Gobernador ha informado su intención de que se suspenda la vigencia de las PASO por única vez en 2021, invocando como razón el ahorro de 400 millones que deberán destinarse a la salud pública.

La reacción del oficialismo se tradujo –supuestamente- en la autorización para que una investigación de la Auditoría General en contra de Solís por mala administración de fondos municipales avanzara incluso con comunicación al Fiscal Penal en turno. Sin amilanarse, el rosarino apareció en los medios denunciando persecución política y con la cara de Leavy a su lado. La otra cara de esa moneda es la del ex gobernador que ahora vive en Lesser.

Al mundillo político no le escapa que Solís alcanzó la intendencia en 2015 con la fórmula Romero-Olmedo y que sostiene aún vínculos fuertes con el senador nacional Juan Carlos Romero. También ha resultado sugestiva la cuasi-defensa que hizo el diario El Tribuno de su figura, haciendo aparecer una pesquisa contable que revela comisión de delito  como una interna entre el alcalde sureño y el auditor Mariano San Millán. No es bueno el mensaje del matutino que relativiza posibles fraudes y le otorga al intendente el espacio para confundir al lector.

El rosarino encubre su intención de ser diputado nacional por el frente que mejor cobertura y participación le otorgue y ha convocado en el curso de la semana a la integración de un foro paralelo al que conduce el vaquereño intendente Daniel Moreno. Su deseo es aunar a los municipios de Salta, Tartagal, Orán, Rosario de la Frontera, Metán y General Güemes. Coincide Solís en los proyectos que hace rato desarrolla el romerismo.

Su primo Javier Alberto Mónico, senador por Rosario de la Frontera, intenta también el armado de un bloque de oposición en la Cámara Alta. José Gauffín, devenido en romerista también propicia espacio pro-bettinista en el Concejo Deliberante de la capital y Silvia Varg de Nioi en la Cámara de Diputados. Existen las casualidades en este tipo de proyectos transversales?

MAROCCO ARRIESGA

La reforma política ha mostrado demasiadas idas y vueltas, y también parates sugestivos de algunos proyectos. Casi lindando con la rebeldía, en estos días diputados ha informado que se tomará su tiempo para tratar la media sanción que dio el senado a la suspensión de las PASO y la prohibición de dobles candidaturas con vistas al 2021. La especulación tendría que ver con críticas válidas de algunos opositores y alguna que otra extorsión de oficialistas que necesitan renovar sus bancas.

Pero ha sorprendido que no solamente el kirchnerismo haya pregonado la necesidad de unificar los comicios del año que viene. Sin reparar en la relevancia de su cargo, Antonio Marocco coincidió con el Frente de Todos y se inclinó públicamente por la unificación de las elecciones.

La postura inconsulta del vicegobernador va a contramano de la estrategia que diseña Sáenz y lo ha colocado en una situación incómoda. Ya le informaron que Sáenz no dividirá un escenario político en el que colecta votos de ambos hemisferios ideológicos y se pretende que lo nacional no divida demasiado una tropa de amplio espectro concentrada en la capital que siempre fue su bastión.

El romerismo también quiere elecciones unificadas, aunque no se animó a decirlo a viva voz. Necesita una excusa para “demostrar” que es coherente cuando dice que apoya una economía liberal y que solamente puede encauzarse esta aspiración en el proyecto de “Juntos por el Cambio” o como quiera llamarse la alianza que rejuntará nuevamente a macristas, radicales y el peronismo republicano de Miguel Pichetto. La sola unificación le otorgaría a un frente alternativo al oficialismo provincial un porcentaje importante de los votos y sin gastar un solo peso. Sólo la grieta produce estos milagros electorales.

El vaso comunicante de Marocco con el romerismo es Julio Argentino San Millán , como también su inseparable asesor César “Oveja” Álvarez, quien todavía está vinculado a la intendencia de Bettina Romero ejerciendo de conciliador con el Concejo Deliberante.

Como se ve, si existe una decisión que le ha generado costo político interno al frente saencista es el acercamiento al presidente Alberto Fernández, como también ha facilitado recursos para aliviar una escuálida liquidez, tras alcanzar un estado virtual de default en el último tramo de gestión económica y financiera de Carlos Parodi cuando gobernaba Juan Manuel Urtubey.

Quienes trabajaron junto al primer mandatario en 2015 y 2017 son filomacristas, o votos de centroderecha. Ellos no digieren al heredero del kirchnerismo y, de no poder separar sus preferencias, abandonarán a Sáenz. Por este motivo, quienes pregonan la unificación de los comicios incursionan sin dobleces por una traición, según la mirada del saencismo.

FOLLONI

El cronograma electoral de l a interna renovadora se ha reiniciado por orden del Juez Federal Julio Leonardo Bavio y, hasta ahora, se avizora una competencia entre la diputada provincial Cristina Fiore y el intendente de Campo Quijano Carlos Folloni.

El joven hijo del diputado nacional (MC) Jorge Oscar Folloni quiere ser el titular de un partido alicaído del que solo se puede exprimir un tributo hacia un frente compatible ideológicamente. Mientras algunos lo acusan de querer llevar el agua hacia el molino de Sáenz, otros sospechan que es parte de la transversalidad romerista.

La idea de copar a la sucesión del conservadurismo salteño, casi diluida tras los desaciertos del diputado nacional Andrés Zottos que produjo desgajamientos como el Partido Propuesta Salteña, efectivamente huele a romerismo. En este caso el vínculo de Folloni con el Juan Carlos Romero es su asesor legal Rodrigo Palazzo, hijo de uno de los alfiles históricos del ya retirado Marcelo López Arias y amigo personal del senador nacional.

OLMEDO Y ROMERO

Los silencios de Olmedo siempre vienen acompañados de noticias rimbombantes. El de la gorra amarilla, ganado por el histrionismo y con un discurso antipolítico bajo el brazo amenaza con regresar y postularse como candidato para ocupar un escaño en la Cámara Baja nacional.

Sediento de protagonismo y de nuevas polémicas ya tiene mediciones en mano que le dan expectabilidad de solo considerar que es uno de los pocos que roza los dos dígitos. Sólo lo detiene el paciente ritmo que le imprime a su juego el senador nacional que más que en un socio político se ha convertido en su jefe.

Atrás quedó su cercanía con Sáenz y hoy se muestra crítico por intermedio del diputado Carlos Zapata, quien tiene una hija que fue romerista hasta hace menos de un mes en que renunció del equipo de Bettina Romero por el destrato que ésta le brinda a casi todos los mortales.

De armarse un frente, Olmedo anticipó que no compartirá el espacio con Sáenz en la medida en que éste le ofrende las bancas al Presidente Fernández. Semejante postura lo conduce por ahora al único horizonte que conoce y en el que manda Juan Carlos Romero.

NANNI Y MIMESSI

Según algunas versiones norteñas, se estaría gestando un pase importante desde el radicalismo hacia el saencismo. Mario Mimessi no estaría conforme con los condicionamientos de dirigentes nacionales de la UCR que lo llevan a la contradicción entre su cargo de presidente partidario y su sillón de intendente de Tartagal que exige recursos que solamente procura y obtiene en el gobierno provincial.

Busca zona liberada para aliarse con quien le permita disimular que es el único tractor de la UCR de Tartagal y que lo condena a perder por falta de figuras notorias en su municipio. Las malas lenguas también dicen que Mimessi ha decidido recostarse en Sergio Camacho, el ministro romerista que dice aportarle millones de pesos en obras casi omitiendo que es Sáenz el verdadero gestor de todos los recursos.

Miguel Nanni es más reservado y tiempista tras la comodidad de haber renovado una banca, maniobra que se gestó con la colaboración de Juan Carlos Romero en 2019. Mientras se mantiene a prudente distancia del saencismo y sin quebrar lanzas, el diminuto legislador sabe que lo dividirá un mar extenso con el Gobernador al obedecer la estrategia nacional de la UCR que le impone confrontar con el “albertismo” salteño en las legislativas que vienen. Le exigen que comulgue con quienes al menos aportarán una banca de diputado nacional en Salta para “Juntos por el Cambio”.

Tras el apoyo recibido por Juan Carlos Romero en 2019, que le permitió competir pegado a la boleta de Macri y del senador nacional en exclusiva, hoy el cafayateño es un agradecido que sabe que tiene que devolver el favor. Además, el ex gobernador es promocionado como un dirigente imprescindible tanto por Mauricio Macri como para Patricia Bullrich y Gerardo Morales.

DIÁSPORA INMINENTE

Lo que se notó apenas ocurrido el triunfo saencista hoy es una verdad que grita. El kirchnerismo local es una expresión política menor, dispersa y contradictoria. Es por ello que, por más empeño que se puso en que el opositor fuera Sergio Leavy, hoy este rejunte no hizo más que confirmar la versión de que son demasiado débiles luego de su separación con el urtubeycismo.

El problema es que cuando no existe la oposición de relieve y alguna significación en la opinión pública, la alternativa se gesta en el propio oficialismo. Hoy asistimos a este fenómeno que va tomando cuerpo y es la diáspora entre el saencismo y el romerismo. La anarquía del primero, más algunos errores que espantaron a sus socios recientes, corre peligro de ser sofocada por el segundo que siempre ejerció pedazos de poder, tiene oficio y tiende a concentrar lo político en comunión con lo económico. El romerismo quiere volver a ocupar el sillón de Grand Bourg y trabaja sin descanso.

En el oficialismo algunos todavía duermen la siesta.