La falta de control y la violación al protocolo en el hotel donde hacían la cuarentena los trabajadores golondrinas es de extrema gravedad.
La confirmación del cuarto caso de coronavirus en Salta permitió hacer visibles serias falencias. Quien destapó la olla fue el gerente del hospital del Milagro, Juan José Esteban, quien señaló en Interactiva (Fm Pacífico) que en el hotel donde estaban los trabajadores golondrinas no se respetaba el protocolo básico para la cuarentena de repatriados: en algunos casos había más de una persona por habitación; y estas personas no permanecían encerradas, sino que deambulaban, incluso para comer.
En la entrevista el gerente aceptó que no era una muy buena idea poner un contingente de infectados en pleno microcentro salteño.
La declaración de Esteban fue el puntapié inicial.
Durante la jornada, los mismos trabajadores que hacen cuarentena en el hotel Victoria hicieron declaraciones, quejándose de cómo están. Dijeron que en el hotel no les proporcionan ningún elemento de higiene ni les hicieron ningún control médico.
Matías Moro, uno de los repatriados, dijo en Fm Profesional que en Salta nunca controlaron su colectivo: jamás nadie subió, ni hicieron bajar al resto.
El trabajador golondrina resaltó que desde que llegaron al hotel hasta este lunes no recibieron un solo control sanitario. Sumado al agravante que los días posteriores a su llegada, arribaron más personas, entre ellas el trabajador golondrina que llegó desde Río Negro que dio positivo en el test de coronavirus.
Además, el hombre expresó que «todos se cruzaron con el hombre» porque deben buscar la comida proporcionada fuera de sus habitaciones y por un camino en común.
Por otra parte, Moro indicó que las condiciones en las que viven el aislamiento son inhumanas, al manifestar que desde hace cinco días no les proporcionan papel higiénico, shampoo, jabón, entre otros elementos de higiene, tampoco les permiten pedir delivery de este tipo de insumos y no dejan que familiares le acerquen los productos.
Por último, Matías contó que son muchas las personas que están realizando la cuarentena en un hotel del centro, quienes se encuentran en muchos casos incomunicados, sin dinero y sin ninguna clase de atención médica. Lo peor, todavía le quedan 10 días de aislamiento obligatorio.