Urbana Teve, el primer canal que se emite desde un barrio humilde, fue fundado por un salteño: Juan Cruz Guevara. El año pasado, Cristina Fernández visitó su estudio. Comunicación alternativa desde el corazón de la Villa 31 en Capital Federal. (Federico Anzardi)
El canal Urbana Teve transmite desde la Villa 31, en la zona de Retiro, en la Ciudad de Buenos Aires. Sus creadores aseguran orgullosos que es el único del país que se emite desde un barrio humilde.
El año pasado, Urbana Teve tomó notoriedad cuando la expresidenta Cristina Fernández inauguró el estudio Néstor Kirchner, ubicado en el último piso del edificio donde funciona el canal. Desde allí se transmiten noticias y programas barriales dirigidos principalmente para los habitantes de la zona.
“Tenemos la vista hacia la autopista, como Canal 13”, dice, entre risas, Juan Cruz Guevara, fundador del canal. El estudio posee una disposición similar a la del multimedio de Clarín, pero es apenas eso, un leve parecido inicial.
En realidad no podría haber dos mundos más opuestos que los del Grupo Clarín y Urbana Teve. Mientras que los productos de Magnetto penetran en gráfica, radio, internet y televisión con un discurso anti K y en la mayoría de los casos estigmatizante para con las poblaciones humildes, Urbana Teve es kirchnerista. Guevara, que se define peronista de toda la vida, asegura que la vida en la Villa 31 es tranquila, que la mayoría de los incidentes suceden afuera del barrio, no dentro de los pequeños pasillos y las callecitas que lo forman. “La mayoría de las veces es gente que no es del barrio”, dice, y agrega que, según su visión, acá no se cocina la droga, acá no están los grandes narcos.
Guevara muestra el canal con la felicidad del que se hizo de abajo. Y literalmente es así, porque este salteño de sesenta años construyó la vivienda por sí mismo, como la mayoría de los vecinos de la 31.
“Esto lo diseñé yo mismo”, dice, mientras sube por la escalera caracol angosta que comunica las distintas plantas. “El primer canal fue acá, en este estudio”, explica. Muestra una habitación, hoy vacía y oscura, de pocas dimensiones. Aquí funcionó Urbana en los primeros años, cuando empezó a transmitir, en 2009. En 2014 obtuvo la autorización de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) y recibió subsidios que permitieron la compra de equipos y de mejoras técnicas.
“Acá es donde se hace la edición. Cuando nos dieron los subsidios empezamos a equipar más. Con una parte que nos dieron fuimos comprando lo que tenemos acá”, cuenta Juan Cruz. El sector de producción y edición es cómodo, mejor que el de más de un canal salteño. Está decorado con fotos de Néstor y Cristina y de otros actores clave de la gestión kirchnerista que pasaron por el lugar.
Al lado, en el estudio, un rectángulo de unos diez por tres, está en vivo un programa de cumbia. El conductor está hablando de la Cooperativa que lleva adelante el canal cuando ve a Guevara asomarse por la puerta. “Hablando de la gente de la Cooperativa, ¿cómo le va compañero? ¿Quiere pasar a saludar?”, le pregunta, con el micrófono en la mano, parado delante de una pantalla verde. Guevara se ríe y niega con la mano. El animador contraataca y le pregunta si sabe dónde está la chica que busca. No espera respuesta. La hace pasar y le pregunta su nombre. “Natalia, ¿cómo le va?”, “Bien, contenta de estar acá”, dice ella, que debe andar por los veintipocos y está vestida con un jean y una remera negra con flecos. “¡Qué grandota!”, se asombra el conductor al notar que la mujer es más alta que él. “Crecí, me ensanché”, responde Natalia y todos se ríen.
“Vamos”, dice Guevara. “Si pasaba te iban a hacer hablar a vos”, explica, para justificar su negativa a entrar en el aire de Urbana Teve. Ya en la terraza, Guevara muestra las antenas y aprovecha para señalar los distintos puntos de la 31 que se ven desde allí. “Esto es como el corazón del barrio”, asegura. La Autopista Illia, que conecta la ciudad con la zona norte del Gran Buenos Aires, está a pocos metros. Directamente pasa por encima de la villa. Del otro lado se ve el puerto de Buenos Aires, más lejos, los edificios majestuosos de Avenida del Libertador. Al fondo, los rascacielos modernos de Puerto Madero. Abajo de todo, las casas armadas así nomás, con ladrillo a la vista y sin terminar. El contraste es impactante.
Urbana Teve está en la manzana 15, en el barrio Güemes. Porque así es este mundo aparte que es la Villa 31, tiene barrios propios. Hasta un servicio de cable,
Cooperativa Padre Mugica TV, o Copamuco TV, que ofrece 77 canales. El abono básico cuesta 250 pesos. Guevara lo maneja junto a otros ocho socios.
“Esto lo quería armar en Salta pero no iba a poder competir. Pero hace mucho tiempo, eh. Lo largamos en el 2006, 2007. Si entraba Cablevisión se iba a quedar con todo, entonces decidimos armar una cabecera propia nuestra y les ganamos”, recuerda Juan Cruz. “Tenemos muchos abonados. El problema es que son más colados que los que pagan. No hay codificadores, hay red. Conectan directo y se queman los equipos. Deben haber mil y pico de abonados pero seis o siete mil conectados”, dice.
Coopamuco debe lidiar últimamente con los cobradores truchos que se aprovechan de la gente e intentan robarles dinero haciéndose pasar por trabajadores de la cooperativa. Por eso, en las pausas aparece el aviso: no se deje engañar, pague directamente en los lugares habilitados.
Copamuco fue el paso previo para Urbana Teve. Los vecinos comenzaron a pedirle a Guevara que instalara una radio en el edificio del canal, donde también vive con su familia. Eran los años de plena discusión de la ley de medios. Guevara se entusiasmó y vio que las posibilidades iban más allá de una frecuencia modulada. Se contactó con el concejal Milciades Peña, con quien ya había trabajado, y le propuso llevar adelante el proyecto televisivo.
“Nostros teníamos un dinero para comprar de a poco las cosas. Y así empezamos: con unos DVD, a pasar música, a pasar CDs. Armamos la torre, compramos la potencia y un transmisor. Registramos el canal 5 y empezamos a transmitir por aire en el 2009. Ya llevábamos un año cuando nos dieron el primer permiso, en 2010. Algunos arman el nombre nomás, nosotros armamos todo con poco dinero y empezamos a transmitir”, cuenta Guevara. Urbana emitía con casetes, en crudo. Se grababa y salía como venía. No tenían más recursos. “Los mandábamos directo porque no teníamos cómo editar. Los mandábamos a la mañana y repetíamos a la noche. Después pasábamos películas hasta el otro día”, agrega.
“A través del cable, por red, nos ven por el canal 14 dentro del circuito en el barrio. Fuera del barrio nos ven por TDA o de acá va a Almagro a una repetidora y nos ven en todo Capital y parte del GBA por aire. Por You Tube y Facebook también. Los sábados tenemos más contenidos. De lunes a viernes hay noticiero al mediodía. También hay programas de cultura y noticieros”, dice Guevara, que le gustaría poder coordinar con las distintas organizaciones de salteños en Buenos Aires para producir un programa de la comunidad provincial. Además, cuenta, está abierto a otras propuestas.
Las personas que hacen los programas “son gente del barrio”. Reciben la asistencia de profesionales. En total, los trabajadores del canal son nueve. Guevara explica que no puede tener más porque los subsidios están atrasados desde la llegada de Cambiemos al poder.
La corta vida de Urbana Teve cambió para siempre el 8 de agosto del año pasado, cuando Cristina Fernández de Kirchner visitó las instalaciones y fue entrevistada por Milciades Peña. Luego, en un discurso para los habitantes del barrio, en la puerta del canal, la ex presidenta aseguró: “Que nadie los convenza de que el salario que ganaban era mucho, o que era mucho que se pudieran ir de vacaciones a fin de año. No es un lujo que nuestros pibes coman cuatro veces al día. Esta villa la equiparo al peronismo porque siempre la quisieron hacer desaparecer. El que fuera capaz de desmoronar la villa 31 iba a ser coronado como el nuevo civilizador contra la barbarie. La 31 es el emblema de la resistencia, y de avanzar”.
“Fue de un día para el otro, no fue planeado. Nos sorprendió mucho”, dice Guevara sobre la visita de la ex mandataria. “No estábamos seguros un día antes y a la tarde nos avisan que al otro día venía. Así que nos agarraron en el aire. Tuvimos que movilizarnos a la mañana, tirar cables. Vinieron compañeros que trabajan con Nuevo Encuentro y Unidos y Organizados, mucha gente que tiene conocimientos de la parte técnica. Tuvimos una ayuda impresionante. Ella entró por el salón, se llenó de gente, una multitud”, agrega. “Hasta ahora no lo puedo entender. Me siento orgulloso. (Cristina) Es una persona más pero algo grande, así que uno lo lleva en el corazón. Gracias a ella tenemos esto. Siempre estoy agradecido a Néstor Kirchner y a ella, que lo continuó”, dice.
Juan Cruz cuenta que después de la visita de Cristina, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires empezó a prestar más atención al barrio. “Después de que vino Cristina empezó a venir Larreta. Antes no. Desde que ella nos visitó, el jefe de Gobierno empezó a preocuparse más por nosotros y del mejoramiento del barrio”, dice, pero no está convencido del trabajo que se está realizando en la zona para mejorar la infraestructura. Como muchos, Guevara piensa que las mejoras que Cambiemos está realizando en la Villa son para una futura especulación inmobiliaria.
“Lo que están haciendo es para futuro pero con un enlace que mantiene los intereses de ellos, no es por el barrio. Si fuera para el barrio tendrían que voltear todo, hacer la estructura como corresponde y lotear. Eso sería radicarte. Así como está, te lo mejoran un poco y estás viviendo igual, apretado”, dice.
“Desde que nos visitó la presidenta y empezamos a tener el canal, mi deseo es hacerlo crecer y que lo conozcan a nivel país y a nivel internacional. El único canal que transmite desde un barrio humilde. Me siento orgulloso”, dice Guevara, que ya recibió llamados de colegas de Brasil y otros países para que cuente su proyecto.