Los sectores del oficialismo no se dan tregua. La de ayer fue una jornada de cruces intensos entre el sciolismo y kirchnerismo al que se sumó Juan Manuel Urtubey que se despegó de los ataques a Macri.

Es objeto de diversos artículo periodísticos: el oficialismo que en teoría debería embanderarse contra Macri tiene profundos conflictos internos. Ayer el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández atacó al presidente del Banco Provincia Gustavo Marangoni que es la mano derecha de Daniel Scioli; mientras este y su esposa Karina Rabolini criticaron varios aspectos del gobierno de Cristina Kirchner: inflación, pobreza y cadenas nacionales.

Las contradicciones, enfatiza La Nación, se agudizaron cuando el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, criticó la campaña oficial y dijo que «es absurdo plantear qué pasó con la Alianza hace 20 años», y agregó que la ofensiva contra Macri «es de bajo nivel». En la Casa Rosada se sorprendieron porque es el mismo Scioli quien siempre compara a Macri con la Alianza de 2001. «Se supone que Urtubey es vocero de Scioli», decían.

«La campaña es un desmadre. No hay un bando contra otro. Es todos contra todos», dijo a LA NACION un hombre del oficialismo que milita con Scioli.

Por último y a la tarde, los nombramientos de Julián Álvarez y a Juan Forlón como auditores en la Auditoría General de la Nación cayeron muy mal en el sciolismo. «Esto perjudica a Scioli porque el mensaje es que perdemos el ballottage y el gobierno en retirada se quiere quedar con los cargos y sálvese quien pueda», confió a LA NACION un hombre muy influyente en el oficialismo. Un vocero de Scioli dijo que él revisaría esos cargos y los acordará con la oposición.