“Milagro es que los hombres no renuncien a sus valores cuando el sueldo no les alcanza para dar de comer a su familia” escribió en el libro “La Resistencia”, Ernesto Sabato.
Sin el mérito literario de sus grandes obras, “Sobre héroes y tumbas” y “El túnel”, y con cierto tono de moralina Ernesto Sabato escribió una serie de ensayos sobre el final de su carrera.
En uno de ellos, “La Resistencia” publicado en el año 2000, el también titular de la histórica Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, hace expresa mención a Salta y a la festividad de El Milagro.
“Entramos en la plaza de Salta y nos mezclamos con la gente que ha caminado leguas con sus ‘misa chicos’. Se los ve cansados, en su pobreza, en sus caras arrugadas, pero confiados siguen cantando con sus instrumentos de montaña. A su lado se renueva el candor” dice en la última parte de la Segunda Carta (segundo capítulo) titulada “Los antiguos valores”.
Y remata con humana sensibilidad. “Milagro son ellos, milagro es que los hombres no renuncien a sus valores cuando el sueldo no les alcanza para dar de comer a su familia, milagro es que el amor permanezca y que todavía corran los ríos cuando hemos talado los árboles de la tierra”.