A fines del 2011 el gobierno conformó el Fondo de Reparación Histórica para departamentos del norte que incluía a Rivadavia. A la luz de las noticias esa política sigue siendo pobre en cuanto a resultados por no frenar la muerte de niños por desnutrición. (Gonzalo Teruel)

Consciente que la desnutrición, entre otras irresueltas cuestiones sociales, iba a ser utilizada para atacar su gestión de gobierno durante la campaña electoral, Juan Manuel Urtubey decidió adelantarse y reconocer el problema. A finales del año pasado creó el Ministerio de la Primera Infancia y anunció un ambicioso plan de obras para atender esta situación.

Antes, a fines de 2011, había realizado otro anuncio importante: la conformación de un Fondo de Reparación Histórica para los departamentos del norte. Uno de esos departamentos, Rivadavia, fue beneficiado con 48 de las 175 obras previstas en el FRH por un valor superior a los $77 millones.

De acuerdo a la información disponible en el sitio web del FRH, 6 obras -de saneamiento, agua y cloacas, salud- ya fueron “finalizadas” e “inauguradas”: los puestos sanitarios en Monte Carmelo y La Curvita por $1.115.421; la ampliación y refacción del Hospital Santa Victoria Este por $2.498.614; la refacción y ampliación Centro de Salud Los Blancos por $1 millón; la ampliación y refacción Hospital Alto La Sierra por otro $1 millón; el puesto sanitario Paraje El Destierro por $525.952; la construcción Sala Primeros Auxilios para Comunidades Pluma de Pato por $400 mil.

Siempre de acuerdo a la información oficial, otras 8 obras de ingeniería se encuentran “en ejecución”: la construcción puesto sanitario La Salvación $350 mil; construcción tanque elevado y pozo profundo en La Unión $500 mil; la ampliación de redes de agua potable de las localidades de Rivadavia y La Unión $2 millones; el reemplazo y repotenciación pozos de bombeo y ampliación de redes en Pluma de Pato $1.200.000; las mejoras por ósmosis inversa y nuevo pozo en Los Blancos $1 millón; la construcción de sistema de redes cloacales domiciliarias y colectoras y estación elevadora en Coronel Juan Solá por $3 millones; la construcción de planta de tratamiento de líquidos cloacales en Coronel Juan Solá $2.500.000; la refacción y ampliación de los puestos sanitarios de Capitán Pagé, Pluma de Pato y Fortín Belgrano por $825.801.

Finalmente, otras 7 obras están bajo la categoría “adjudicada”: la ampliación red de agua potable en La Esperanza y El Cañaveral por $600 mil; la construcción de sistema de redes cloacales domiciliarias y colectoras en Santa Victoria Este por $3 millones; el sistema de tratamiento de líquidos cloacales en Santa Victoria Este por $2.500.000; la ampliación de red de agua para comunidades aborígenes de La Unión y Rivadavia Banda Sur por $800 mil; las redes cloacales y planta de tratamiento de líquidos cloacales para las localidades de Rivadavia y La Unión por $5 millones; la construcción de una planta potabilizadora de agua en Rivadavia Banda Sur por $3 millones; el tanque elevado y la red de grifos individuales para la comunidad Wichi de Rivadavia y el pozo profundo por $400 mil; y el nuevo Hospital Coronel Juan Sola $7.289.139.

A todas estas obras y recursos deben añadirse otros anuncios realizados sobre el final del año pasado cuando la Legislatura autorizó al Poder Ejecutivo a emitir deuda por más de $600 millones para llevar adelante un plan de inversión en obras de agua y saneamiento hasta el 2019. “En estos últimos 7 años  hemos invertido más que nunca en la historia en el norte provincial y en Rivadavia invertimos un 180% más que en el resto de la provincia”, aseguró el gobernador Urtubey.

En efecto, como todo el norte provincial, Rivadavia recibió en la gestión de Urtubey una atención y unos recursos que nunca antes había tenido. Los resultados de tantos esfuerzos, sin embargo, siguen siendo muy pobres y los chicos se siguen muriendo de hambre. En las últimas horas viejos y nuevos funcionarios y colaboradores del área de salud pública como Enrique Heredia, Enrique Tanoni y Gladys Pernas se justificaron diciendo que “el cambio demandará mucho tiempo” porque “hay cuestiones estructurales y culturales muy difíciles de modificar”. Podrían haber dicho también que el cambio demorará por la falta de eficiencia en el manejo de la cosa pública: la información oficial revela que de las 21 obras tendientes a proveer agua, cloacas e infraestructura sanitaria sólo se terminaron 6, menos del 30%.