El niño Manuel Guzmán no murió por golpes recibidos por sus compañeros en la escuela, sino por causas relacionadas con patologías, infecciones y un cuadro de desnutrición leve. Así lo informó una jueza de Orán tras leer el análisis del CIF.

Se trata de la jueza de la Sala II del Tribunal de Juicio y de Menores 2 de Orán, María Laura Toledo Zamora, quien estaba a cargo de la causa por la muerte del niño Manuel Guzmán. Como se recordará, a fines de noviembre la muerte de Nahuel había conmocionado a la provincia por la muerte en sí misma, pero también porque se atribuía la misma a situaciones de violencia escolar que padecía por parte de los compañeros de escuela Arturo Illia del barrio oranense de Caballito.

Según informó Radio 10 de Orán, la jueza ya dictamino, a partir del informe del CIF, que la causa de muerte del niño fue una “patología infecciosa pulmonar con complicaciones severas y posterior infección generalizada y falla multiorgánica con coagulación intravascular diseminada; no siendo o no habiendo nexo causal entre el episodio del violencia y la muerte del niño”.

La jueza recibió ayer en audiencia el análisis de los informes obrantes en la causa. El niño ingresó a la guardia del hospital local el 23 de noviembre. Dos días antes había comenzado con síntomas de tos y fiebre. En la radiografía de ingreso no se describieron contusiones pulmonares ni “colecciones en el espacio pleural, compatibles con hemotórax (colección de sangre en el espacio pleural), y tampoco se describió la presencia patológica de aire en el espacio pleural, lo que es llamado neumotorax, ya que se mencionan los senos costofrénicos libres, todas estas ultimas eventualidades o lesiones mencionadas se presentan comúnmente en la persona que sufre politraumatismos de diversos tipos y mas aún traumatismos toráxicos.”

Al ingresar a su atención el niño pesaba 27,500 kilos. Los informes de laboratorio revelaron de acuerdo a la cantidad de glóbulos blancos, neutrófilos y velocidad de sedimentación, indicadores de una patología infeccionsa en curso al momento de ingreso que se remontaban a por lo menos cinco días previos a la consulta.

El día 24 de noviembre se dejó constancia en el registro de la historia clínica sobre el relato de los padres indicando que el niño había recibido una golpiza de parte de sus compañeros. Ese mismo día fue derivado a Salta para ser internado en el Hospital Público Materno Infantil. Allí falleció el 4 de diciembre a las 0,20 horas.

El niño presentaba un cuadro de desnutrición leve, con patología pulmonar infecciosa, con mala evolución y complicaciones poco usuales que produjeron su muerte por cuadro de distres respiratorio, sepáis o infección generalizada, con falla multiorgánica, tromboemolismo pulmonar u coagulación intravascular diseminada. El cuadro, según se precisó, no resultaba compatible con el episodio ocurrido en la escuela a la que asistía.

Más aún, en la autopsia, se mencionó que el cuerpo no presentaba signo de lesiones ni violencia sobre la superficie corporal de reciente data. Y en el examen interno no presentaba lesiones en la superficie del cerebro ni cerebelo, ni fractura de la calota craniana ni en el piso del cráneo, tampoco tenía lesiones en el cuello, en la laringe, faringe, tráquea, ni en los bronquios, páncreas, riñones, intestino delgado y grueso, tampoco en columna cervical, dorsal y lumbar.

El niño -concluyó el estudio anátomo patológico- padecía de patologías pulmonares recurrentes de tipo asmatiformes o bronquitis a repetición. Entonces, la causa de muerte de acuerdo a esta información, fue una patología infecciosa pulmonar con complicaciones severas y posterior infección generalizada con sepáis y falla multiorgánica con coagulación intravascular diseminada; no siendo o no habiendo nexo causal entre el episodio del violencia descripto y la muerte del niño.

foto: El Tribuno