A seis semanas para la presentación de listas de candidatos las gestiones en capital e interior se intensifican y el saencismo mueve fichas en cada lugar armando dos vertientes con los que quieren cosechar los votos necesarios para la reelección.
N de R
Faltando solamente que el Frente de Todos defina su participación y muestre su armado, todo indica que la ciudadanía tendrá al menos cuatro alternativas y que semejante dispersión beneficiará al gobernador con otros cuatro años de mandato.
Sin embargo, la crisis por la que atravesó el gobierno ha obligado a definiciones estratégicas para garantizar sinergia entre los socios y neutralizar el rechazo que se advierte en el norte provincial. Ha bajado la espuma de los reclamos por el agua y la luz y por los problemas con el servicio de salud, pero el gobierno sabe que las heridas no cicatrizarán hasta el 14 de mayo.
Según comentan los gurúes del Grand Bourg, estaría asegurada la integración de la fórmula gubernativa con el tartagalense y radical Mario Mimessi, lo que permitiría a Gustavo Sáenz mostrar no solamente una integración plural, sino también que colocará en la cúpula del gobierno a un representante del interior profundo más castigado por años de desinversiones y desilusiones. Logra con esta decisión quebrar también a la UCR de Miguel Nanni y, por efecto transitivo, a Juntos por el Cambio.
La decisión no parece sorpresiva considerando que Mimessi hace rato que da muestras de afinidad política y es el mimado de los ministros y funcionarios que, en estos tres años de gestión, le aportaron recursos y soluciones que hoy le permiten situarse entre las preferencias de los norteños.
La inclinación del gobernador podría provocar algún desplante del actual vicegobernador Antonio Marocco, que además tiene un partido político que integraría el frente saencista, aunque la sangre no llegaría al río.
Socio border.
El anticipo en algunos medios periodísticos de la postulación de Emiliano Durand como candidato a intendente de la Ciudad de Salta detonó con fuerza, tanto en la casona de Lesser como en el sillón de Avenida Paraguay. Un romerato desesperado habilitó todas las reuniones posibles para asegurarse que era cierto, como también para definir si se queda en el saencismo a dar pelea. Finalmente se impuso la mesura del Senador Nacional Juan Romero que sabe que hay que madurar las decisiones y sacar provecho hasta de las tragedias.
Sin amigos, ni socios, solamente con sus empleados, Bettina Romero exploró la posibilidad de incorporarse formalmente a las filas de Juntos por el Cambio pero fue rechazada en la primera avanzada. Los escasos dirigentes locales de esa alianza nacional (como José Gauffín, Inés Liendo o Miguel Nanni), aceleraron la presentación del frente político aunque fueron censurados cuando quisieron presentar una fórmula para disputar la gobernación.
Algunas versiones adjudican esta paralización a las gestiones de Juan Romero, que ante la desesperación de su hija ha comenzado a tallar acuerdos para evitar que la crisis que se desata por la Intendencia en riesgo exponga otros intereses estratégicos con los que está consustanciado en la provincia.
Casi sola, “La Titti” Romero sigue en la búsqueda de apoyos dirigenciales que no aparecen o simplemente se esconden. Desde el gobierno provincial cuenta con la compañía del Ministro Ricardo Villada y logró que el ex candidato a intendente Abel Cornejo declinara sus aspiraciones para adherirle con una lista de diputados por Capital. Ha recibido también rechazos en el Concejo Deliberante y los ediles temen que baje una orden de apoyarla electoralmente.
Para colmo de males, el romerato no quiere traicionarse y ha decidido, como en las épocas medievales, que todas sus fiestas deben pagarse con el bolsillo de todos. Por eso avanzaron con el “impuestazo” que en las facturas supera el 100% y que en pocos días nuevamente la ha sumido en el desprestigio político. Nadie sabe, todavía, quien asesora a Bettina Romero para conducirla a la pelea con los vecinos.
Con comportamientos contradictorios y esquizofrénicos el romerato “border” se muestra razonable y amistoso de día, pero en la nocturnidad ha comenzado la campaña sucia contra Emiliano Durand a través de pintadas y medios digitales como FM Capital de Buenos Aires que, por cierto, viene castigando con dureza a Gustavo Sáenz desde hace tiempo. Pareciera que el método que mejor le cabe para encontrar más comodidad y ventaja en el frente oficialista es la extorsión al conductor.
Como sea, hasta hoy, Bettina y su papá dicen que se quedaran a dar la batalla por la intendencia de Salta y su Jefa de Gabinete Agustina Gallo Puló afirma que su líder “no le teme a nada”. En la sede de “Fundara” se analiza con preocupación que los números no alcanzan para empatarle a Felipe Biella y que de no montar una campaña difamatoria sostenida, con apoyo del diario familiar y en redes sociales, será difícil torcer la voluntad popular.
El delicado equilibrio.
Las encuestas y las jugadas políticas ya presentadas al electorado salteño, gobernadas o no por el oficialismo, salieron a pedir del Grand Bourg. El frente “Avancemos” en pocos días parece desinflado y paga caro la ansiedad y sus anuncios precoces. Juntos por el Cambio casi desintegrado y pidiendo auxilio para evitar el papelón.
Pero en un oficialismo demasiado amplio donde coexisten dirigentes con marcados enconos y sectores con prácticas perversas o ingenuas, debe Gustavo Sáenz encontrar la medida justa para satisfacer a todos los que trabajarán para que conserve el sillón más importante de la provincia.
No será tarea fácil administrar apoyos y garantizar a dos frentes y a las más de cien listas de candidatos del interior una igualdad de condiciones. El desafío más grande es evitar que enemigos internos como los que agrupa el romerato sigan apuñalando sus espaldas.