En los últimos días se hizo público que un colegio de la Ciudad de Salta utilizaba a la policía como arma de amedrentamiento contra sus propios estudiantes y que la medida bajaba desde la directiva responsable del establecimiento ubicado en calle San Juan.

 

 

Tras darse a conocer que el Colegio San Cayetano de Salta Capital amenazaba a sus estudiantes por haber reclamado un trato digno, infraestructura acorde al servicio que prestan y las jugosas cuotas que no corresponden a lo que reciben, surgen nuevos reclamos y más información al respecto.

 

El Instituto N° 8092 (San Cayetano) registra a sus trabajadores docentes y administrativos como personal de una Fundación, lo que le permite pagarles hasta 5 veces menos del salario correspondiente fijado por cualquier convenio colectivo de trabajo, tanto de docentes de instituciones privadas como administrativos de las mismas.

 

Un ex docente de la institución aportó a Cuarto documentación de AFIP donde registra haberse desempeñado en la Fundación Educativa Salta inscripta bajo el CUIT 30-70005976-2, más conocida como Instituto San Cayetano. Esta institución provee 3 ofertas educativas para la población salteña, una tecnicatura en laboratorio, un profesorado en educación física y educación secundaria con orientación en biología.

 

Las cuotas más bajas superan los 50.000 pesos y cuenta con una gran matrícula en todas sus ofertas, sin embargo sus empleados tienen salarios que no llegan a la mitad de la canasta de indigencia que en marzo de 2024 está en más de $200.000. A esto se suma que la Rectora de la Institución ha sido acusada en el pasado de valerse de sus contactos políticos y educativos para sortear controles y auditorías.

 

Ningún estudiante puede hablar bondades de la infraestructura del Instituto, tanto en su sede de calle Alsina como en la de calle San Juan, sumado a ello la dudosa calidad de los programas de las materias que dictan y la tecnología con la que deben enseñar los docentes de los dos niveles. Sin embargo las cuotas no han parado de subir, ganandole a los sueldos de los padres y jóvenes que creen en las ofertas de educación superior.

 

La crisis económica golpeó más a los trabajadores de la fundación ya que el FONID era una parte necesaria de sus sueldos y con el nuevo gobierno nacional dejaron de percibirlo. En condiciones normales una institución de tan dudosa calidad y responsabilidad no debería existir, pero en Salta no solo pueden hacerlo, además generan grandes ganancias para las autoridades y dueños de este Instituto disfrazado de Fundación.