El blanqueo que ofrece la administración Macri es necesario según los expertos consultados por Clarín, pero admiten que no por eso deja de enojar (y mucho) a quienes han cumplido con sus impuestos. Es una dicotomía difícil de salvar, pero real.
En charlas informales, en el gobierno dicen que esperan que se blanqueen US$ 20.000 millones. Los técnicos que elaboraron el proyecto de ley que anunció el Presidente ayer llevan esa cifra más allá: dicen que podrían ingresar el 20% de los US$ 250.000 que, estiman, tienen los argentinos en negro. Así, el monto se extendería a los US$ 50.000. A una tasa de blanqueo del 10%, la recaudación para el fisco sería de entre 2.000 y 5.000 millones de dólares. Es mucha plata, tanto el capital que se podría blanquear (y quedaría en condiciones de ser invertido) como el dinero que entraría en la AFIP. Entendible la tentación para el Gobierno.
El contexto internacional también es el correcto, señalan los expertos. “La OCDE recomienda a los países miembros del foro de transparencia fiscal, que son 101, que hagan planes de regularización de activos no declarados antes de que entre en vigencia plena el intercambio automático de información”, explica César Litvin, uno de los mayores expertos en impuestos del país. Para 55 países el plazo límite para comenzar a transparentar toda su información a nivel mundial es el 31 de diciembre de 2015, para los restantes 46, el 31 de diciembre de 2016. Después será muy difícil tener dinero en negro en la mayor parte del mundo, y hay que dar una puerta de entrada a esos capitales, insisten en el Gobierno. Destacan que ya lo han hecho casi todos los países de Europa. Señalan que Chile lo hizo el año pasado y se blanquearon US$ 20.000 millones, pese a ser un país más chico que la Argentina y con una economía en negro menor (detalle de color: la ley chilena explicitaba que no se aceptaba blanquear dinero de países con algún nivel de riesgos, e incluía a la Argentina en la lista).
Todas esas razones son válidas, por cierto. Pero no para quien pagó peso sobre peso sus impuestos y ahora ve el perdón que se otorga a quien no lo hizo. “Esto es frustrante para los que fueron cuidadosos con sus impuestos y solidarios con sus conciudadanos -señala Sergio Kaufman, CEO de la consultora Accenture-. Pero también es cierto que el mundo va para ese lado, muchos países lo están haciendo. Es algo que no es agradable, pero es necesario. En el resto del mundo, los ciudadanos invierten en sus países; si este es el precio para que los argentinos lo hagan acá, bienvenido sea”.
Litvin agrega más razones por las cuales debería aprobarse el proyecto de blanqueo. Los enumera: “En los últimos años la Argentina incentivó la expulsión de capitales, maltrató a los capitales con el cepo, el corralito, el corralón, etc. Mucha gente se llevó su dinero no para evadir, sino para protegerlo”. “El país está en otra etapa institucional, con reglas más claras, sin cepos cambiarios, sin default, con un escenario más claro para los inversores; es más tentador ahora para exteriorizar tenencias”. “El dinero que se va a recaudar va a tener un fin loable, hacer justicia con los reclamos de los jubilados”. El cuarto argumento de Litvin a favor del blanqueo es el ya mencionado: el mundo está yendo en esta dirección, la OCDE lo aconseja.
Los impuestos se quedan con un 60% de los ingresos de un trabajador y con entre 40 y 45 por ciento del valor agregado de cualquier actividad económica, según estimaciones del IARAF. Ahora, ¿qué premios tendrá quien pagó y hoy ve que al evasor le dan un perdón fiscal? El Gobierno diagramó dos: esos contribuyentes pagarán la mitad de los anticipos de Ganancias (es un beneficio financiero, porque el año próximo igual deberán abonar el impuesto) y por tres años quedarían exceptuados de Bienes Personales, hasta que ese gravamen deje de cobrarse. “Las compensaciones a quienes pagaron son casi simbólicas, pero al menos sirven para que no se sientan tan tontos, no?”, retruca uno de los hombres que escribió el proyecto de ley.
Dos detalles finales. Uno es que en la Casa Rosada querían anunciar este plan hace más de un mes, pero que la AFIP pidió que fuera recién ayer, justo el día en que vencían las presentaciones de impuestos del 2015, para que no hubiera “aprovechados”. El otro es que el proyecto no incluye ventajas para quienes repatríen el dinero, como se había pensado en un principio; es que los funcionarios hoy creen que la oferta de dólares ya es alta y que más divisas podrían poner mayor presión aún sobre el tipo de cambio en el mercado local, que ayer justo cruzó la barrera de los $ 14, pero para abajo.
Fuente. Clarín