La Argentina se encuentra en código rojo, la pandemia golpea con fuerza a la provincia y llegó a las instituciones educativas, ¿Qué significa enseñar/aprender entre la vida y la muerte? (Gabriela Hernández)

La ocupación total de camas, la falta de oxigeno, el precio elevado de las medicinas, el desacato, no poder trabajar y la falta de insumos le juegan a los salteños una mala pasada, nuestra vida esta prácticamente en un peligro constante en el que debemos ingeniárnosla para sobrevivir. Estamos actualmente en un limbo en el que ni se cuida la salud del conjunto con eficacia ni se libera a pleno la economía, las soluciones no logran el equilibro benéfico entre estos dos pilares y resulta peor el remedio que la enfermedad.

Transitar la pandemia se ha vuelto algo parecido a caminar al borde de una cornisa, si resbalamos una mano nos sostiene, pero la fuerza de esa mano depende de la cantidad de dinero que tengamos en los bolsillos o si tenemos algún contacto o puesto político que nos den una ayudita mas que al resto de los mortales que se encuentran despojados de todo poder o “ayudita”.

En medio de todo este desastre se encuentra la educación con sus clases virtuales invasoras de la intimidad del hogar y tan difíciles de concebirlas como algo real, clases virtuales que en el ambiente público aún son improvisadas, nunca se pensó en un plan tecnológico educativo en pleno protagonismo de las redes y el internet, nunca se pensó en nuevas formas de enseñanza, ni en capacitaciones masivas, la pandemia agarró a los dormidos, a los encasillados en viejos sistemas, a los de bajo presupuesto y se los llevó por delante.

Dificultades

Estudiar/enseñar en pandemia es un campo de batalla constante, en donde las bombas son los ruidos de casa a la hora de las clases, loa problemas económicos o hasta las mismas crisis existenciales. Por otro lado si un docente se enferma se pierde la educación en su área y sus estudiantes se intranquilizan como si de un familiar se tratara, si un estudiante se enferma se queda sin educación y deja un vacío en la institución, a esto le sumamos el stress de los todavía sanos de saber que vecinos, familiares, conocidos caen y cada vez es mas chico el circulo de inmunidad; o bien muchos ya transitaron la enfermedad y el stress de las clases no ayuda a la recuperación. Lo mas grave es que alrededor del mundo hay docentes que han muerto dando clases y  estudiantes con el mismo destino, como si nos encontráramos ante un sistema insensible que sigue o intenta seguir su curso a pesar de las bajas en un contexto en verdad hostil a la humanidad.

El lugar de mas desventaja es la universidad, un lugar en el que ya se han reportado enfermo docentes y trabajadores, lo que ajustó mas la soga de lo virtual, lo que llevó incluso a que los estudiantes pierdan varios de sus derechos y una accesibilidad plena, porque es una virtualidad diseñada para pocos, porque un solo docente se le hace una doble carga la cantidad de alumnos a través de la computadora que de forma presencial en el aula, es así que por ejemplo el acceso a la educación publica queda en segundo plano y se da paso a “La educación si tengo internet y computadora, dinero para una cuota de luz mas alta, y la posición económica ideal para solo sentarme a cursar y no preocuparme por nada mas que la pandemia”, otro derecho perdido es que  actualmente solo pueden rendir exámenes aquellos que poseen el 70% de la carrera aprobada, un porcentaje bastante alto teniendo en cuenta la proporción de cantidad ingreso/egreso en tiempo y forma de la universidad, la cual conlleva una gran diferencia y deserción. También se ha perdido el derecho a elegir nuevos representantes, ya que se suspendió toda instancia eleccionaria, algo que podría predecir en un posible futuro en el país cuando, por ejemplo lleguen las elecciones legislativas del 2021.

Despedir a un miembro de la comunidad

En los últimos meses la comunidad educativa de Salta se ha vestido de luto, hay docentes que enfermaron y perdieron la vida, un caso reciente es el del querido profesor universitario Roberto Pérez de Ciencias  de la Educación, incluso estudiantes como ser Alejandro Paz, cuya familia pide justicia después de que no se lo haya podido atender a tiempo para salvarlo. En Orán uno de los sitios en peor crisis sanitaria de Salta tuvo que ver morir a profesionales de la educación, cuyo alumnos intentaron ayudar compartiendo imágenes pero lamentablemente la situación supera a todos.

Muchos llaman a este periodo de la historia una bomba atómica mundial, invisible y expansiva, una bomba de la que nos salvamos solo quedándonos en casa.