Fue la consigna que exclamaron miles de personas en todo el país durante las distintas marchas organizadas en varias ciudades. Salta no fue la excepción. (Gastón Iñiguez)

Viernes 1 a las 18:00 fue la cita, para algunos en la Plaza 9 de Julio y para otros frente al edificio del Juzgado Federal en la calle Deann Funes, casi España. En ambos puntos concentraron organizaciones políticas y ciudadanos autoconvocados sosteniendo carteles con la cara de Santiago Maldonado.

A un mes de la desaparición forzada de Santiago en manos de gendarmería todavía no hay respuestas y el gobierno niega su implicancia, minimizando el hecho y hasta dando a entender que «el brujo» puede estar de vacaciones en alguna playa europea.

En Salta cientos de personas, en su mayoría jóvenes y familias, marcharon al grito de NUNCA MAS, haciendo referencia a ese pasado oscuro que parece asomarse cada tanto de la mano de un gobierno que no tiene reparos en dar palo y a la bolsa. Las caras serias de los presentes y un halo de angustia que recorría el pecho de todos los que alguna vez escucharon el temblor en la voz de sus padres, los que vivieron la dictadura del 70 en carne propia, temiendo que en cualquier momento podían desaparecer, ellos mismos o algún ser querido.

Luego de una caminata de diez cuadras toda la columna regresó a la plaza para el clásico cierre de las agrupaciones y la multitud se fue dispersando. A diferencia de otras tantas veces, todos tuvimos la sensación de que nadie quería irse del todo, como si la compañía de las personas marchando fuera la única manera de resistir hasta el final y no desaparecer.

Los que están en la calle pueden desaparecer en la calle

Los amigos del barrio pueden desaparecer

Pero los dinosaurios van a desaparecer…