La renuncia de Martín Lousteau sorprendió al Gobierno, en medio de la controversia por la compra de armas a EE.UU. y mientras se negocia la visita del Presidente a Trump. La postulación del líder de ECO obliga al PRO a definir sus candidatos.

Ni un día de respiro tuvo. El presidente Mauricio Macri había comenzando la jornada envalentonado por la marcha del sábado, dispuesto a enfrentar a cuanto sindicato le pusieran delante. Pero la sonrisa se le borró velozmente cuando recibió a Martín Lousteau, quien le comunicó que renunciaba a ser embajador argentino en Washington. “Voy a trabajar por la Ciudad”, le asestó el coup de grâce Lousteau. Se abrió así la campaña porteña: si el ex ministro de Economía es candidato por ECO y enfrenta al PRO en la Capital, los macristas tienen un problema serio. Ahora redoblarán la presión sobre Elisa Carrió para que se presente y enfrente al líder de ECO. En el PRO niegan la posibilidad de acordar una interna con Lousteau y formar la versión porteña de Cambiemos. En tanto, tomada por sorpresa, la Cancillería todavía no tenía un reemplazante para la embajada en Estados Unidos.

La carta de renuncia

Como había informado este diario la semana pasada, Lousteau tenía previsto venir a Buenos Aires y reunirse con Macri, además de que tenía agendadas reuniones con el ministro de Producción, Francisco Cabrera, y con la canciller Susana Malcorra por la visita de Macri al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. No obstante, no pasó de la primera reunión.

Según detallaron a este diario, Macri lo recibió y escuchó de boca de Lousteau la noticia de que renunciaba. También indicaron que el Presidente le aceptó la renuncia y que tuvieron una conversación cordial. Le entregó un informe de gestión para quien lo reemplace en el cargo y le dijo que fue un orgullo formar parte de su gestión. Lousteau le dejó en claro que el motivo de su salida son las elecciones que se aproximan: “Quiero trabajar por la ciudad”, le dijo. También lo dejó escrito en la carta de renuncia (ver recuadro).

El líder de ECO, no obstante, todavía no formalizará su candidatura, que será definida en un encuentro del espacio político. En su entorno, destacaron que era “el momento de venir y trabajar por la Ciudad. De diferenciarse”. También señalaron que eso estaba conversando desde un comienzo con Macri, por lo que no debería haberse sorprendido. Lo otro que venían conversando era la posibilidad de armar Cambiemos en la ciudad, algo en lo que no llegaron a un acuerdo.

En Casa Rosada se mostraron sorprendidos. Según señalaban en el PRO, la decisión de que Lousteau dejara la embajada de Estados Unidos y volviera a la ciudad no fue de común acuerdo. De hecho, los macristas intentaban que se quedara allí y no participara de las elecciones este año. Buscaban que los radicales porteños –que motorizan la candidatura de Lousteau– aceptaran algunos lugares en las listas y cargos en el gobierno para bajarse de una interna en las elecciones primarias. La renuncia de Lousteau podría ser una manera de negociar desde una posición de fortaleza: de mostrar que su candidatura no es un bluff. En la Jefatura de Gobierno porteña indicaban que, de ser esta la estrategia, tiene cero chances de funcionar con Macri.

En ECO tampoco le ponen muchas fichas a un acuerdo, aunque públicamente seguirán reclamando que haya internas. La semana pasada difundieron un video en el que aseguran que dos de cada tres porteños quieren una interna de Cambiemos y que uno solo de los porteños (Horacio Rodríguez Larreta) piensa que no le convienen. “Dale, Horacio, amigate con la Ciudad”, le decían en el video de la UCR.

El PRO recibió con la renuncia de Lousteau un doble golpe: por un lado, se quedó sin embajador en Estados Unidos en un momento crucial de la relación. Lousteau había quedado envuelto en una polémica por las gestiones nacionales para comprar armamento a ese país, de lo que él buscó despegarse la semana pasada: responsabilizó al Ministerio de Defensa por las gestiones e indicó que se limitó a pasar el mensaje. En la carta que había firmado hablaba de la necesidad de “combatir a flagelos como el terrorismo”, pero Lousteau aclaró que las armas eran para defensa nacional. En su entorno indicaron que la discusión por las armas no tuvo injerencia en su renuncia: “Era una noticia que impactaba en el Gobierno, no en él, que fue sólo el mensajero. Se va porque necesita diferenciarse”. Lousteau ya había comenzado a recorrer ese camino de diferenciación hace semanas, cuando escribió una columna de opinión criticando la estrategia oficial ante el conflicto docente.

El otro golpe que recibió el PRO es en el escenario en la Ciudad de Buenos Aires, que se complica para Macri: Lousteau estuvo a punto de ganarles en el ballottage porteño hace dos años. Los macristas, que aseguran que no habrá acuerdo con Lousteau, ahora redoblarán la presión sobre Elisa Carrió para que sea la que enfrente al ex ministro de Economía en las próximas elecciones. La líder de la Coalición Cívica viene dando señales de que jugará con Larreta: sus dirigentes de mayor confianza se mostraron en una recorrida con el jefe de gobierno hace pocas semanas. Lo que no está claro es si ella decidirá postularse (viene aduciendo problemas de salud) y, en caso de hacerlo, si lo hará en la ciudad o en la provincia de Buenos Aires. Por lo pronto, Carrió viene recibiendo visitas en su casa de Exaltación de la Cruz tanto de Larreta como de la gobernadora María Eugenia Vidal, que buscan convencerla. Hace poco, Lilita dijo que la decisión la iban a tomar ella y el Presidente, a solas, como para ahuyentar esas atenciones del macrismo.

Si no consiguen que Carrió se presente, es posible que en el PRO se vean forzados a negociar con Lousteau. Los otros posibles candidatos que se mencionan por el PRO son Alfonso Prat-Gay y el vicejefe Diego Santilli, a quien deberían obligar a renunciar contra su voluntad, como hicieron en su momento con Gabriela Michetti. En cualquier caso, es posible que las negociaciones entre la UCR y el PRO continúen hasta último momento, aunque ahora los radicales tienen una carta más fuerte para jugar. Seguramente, la noticia de que Lousteau jugará en la ciudad empezará también a ordenar el espacio del peronismo y el Frente para la Victoria porteño, camino a las elecciones de octubre, que cada vez parecen más cerca.

Fuente: Página 12