Los únicos, los peores, los métodos policiales. Esta vez desalojaron a dos familias de sus domicilios en Orán, alrededor de 15 personas que hace 23 años vivían en esos lugares, y por si esto no fuera poco también les desarmaron las casas.
Un operativo medio exagerado fue el que desplegaron los policías hace algunos días cuando se hicieron presentes en calle Constituyentes al 960, lugar donde habitaban las familias Centeno y Palacios. Alrededor de 50 uniformados se hicieron presentes en el lugar para proceder con el desalojo dispuesto por el Juez Raúl Fernando Lopéz. Lo sorprendente, además de la cantidad de azules para controlar a dos familias compuestas hasta por niños, no es el uso de la fuerza que caracteriza a esta institución que en casi todas sus acciones. No, esto no sorprende tanto como saber que además del desalojo los canas se dieron el trabajo de desarmar las casas y sacar todos los muebles a la calle y dejarlos tirados junto a las tablas de las paredes.
Casi se arma la grande cuando los policías estaban colgados de los techos arrancándolo todo en un frenesí desarmador, como si esas casas fueran un lego y esas familias muñequitos que serán archivados en una caja luego de quedar en la calle.
Según el abogado Herman Massietti no hay ninguna orden judicial para desarmar las instalaciones. “Lo que esta plantado, son bienes del inmuebles en la propiedad y debe ser respetado y no pueden ser arrancados y muchos menos destrozado, es inaudito”.
“Los vecinos y familiares reclamaban la presencia de las autoridades municipales y del intendente Lara Gros que por supuesto nunca llegó”, informa radio cadena noa. Mientras el Sr. Centeno explicó una de las posibles razones por las que además de echarlos a la calle les desarmaron el rancho “La mujer que reclama por el terreno tiene un boleto de compra venta al igual que nosotros, pero no vive aquí y hace 26 años se fue de Orán. Ahora logra una orden de desalojo, vaya a saber con que cuña política y utiliza a la policía para destruir la casa”.