Días atrás se realizó la reunión de Cámaras de Farmacias en todo el país, en ella analizaron la situación actual del negocio de los fármacos y la reducción del aporte que realizan a las obras sociales. Por ahora está todo en orden hasta el 5 de julio, luego no se descarta el paro.

Los farmacéuticos aseguran no poder sostener más el sistema de salud con los descuentos que brindan a las obras sociales. Esto lo hicieron público hace algunos días en un comunicado en el que podía leerse lo que plantean como el nudo del problema: “Durante la emergencia económica de 2002, las farmacias argentinas debimos ayudar a salvar el sistema solidario de la seguridad social y también el sistema privado de salud, realizando aportes que hoy ya no deberían hacerse”.

El entredicho está planteado en los siguientes términos: desde las farmacias aseguran que del 40 por ciento promedio que rebajan prepagas y obras sociales a sus afiliados, el 20 por ciento corre por cuenta de la farmacia, otro 10 por ciento por cuenta de la prepaga o la obra social, y el 10 por ciento restante es una bonificación del laboratorio a la prepaga u obra social.

“Entre otros reclamos, las farmacias plantean una disminución inmediata de las bonificaciones que están haciendo inviables a las farmacias ya que muchas no llegamos a cubrir nuestros propios costos; una disminución inmediata de los plazos de pago por parte de las obras sociales y la medicina prepaga; y que todos los medicamentos vuelvan a la farmacia para seguridad de la población y en cumplimiento de la ley vigente, ya que los fármacos que se entregan en forma ilegal representan el 50 por ciento de la facturación de medicamentos en la Argentina”, denunciaron los farmacéuticos.

Francisco Puló, presidente de la Cámara de Propietarios de Farmacias de Salta, aseguró que hasta la fecha estimada por el cuarto intermedio las farmacias atenderán con normalidad, luego el futuro es incierto.