Hace casi dos meses, Bill Gates predijo cuándo volvería la normalidad, de acuerdo con sus proyecciones. Vaticinó que probablemente será a finales del próximo año cuando Estados Unidos salga de esta pandemia, fuera de territorio norteamericano, podría incluso llevar más tiempo, estirando la inestabilidad sanitaria y financiera hasta 2022.
En esta semana volvió a aparecer, esta vez para hablar del tratamiento al que se sometió el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, para enfrentar el coronavirus, anticuerpos monoclonales, antivirales y dexametasona y dijo que estas drogas con anticuerpos podrían reducir drásticamente la tasa de mortalidad de la pandemia, porque sirve en pacientes en etapa temprana.
Durante una cumbre organizada por The Wall Street Journal, Gates dijo que “La reducción en la tasa de mortalidad allí podría ser bastante alta, y habrá un gran volumen para fin de año, al menos en los países ricos”.
Según la revista Science, Trump recibió un “cóctel de anticuerpos” que actúan directamente contra la proteína del virus que causa la COVID-19. Uno de estos anticuerpos es producido por personas que se recuperaron de una infección de Sars-CoV-2. El otro anticuerpo es de un ratón al que se manipuló genéticamente. El medicamento se inyecta por vía intravenosa y tiene el potencial de funcionar poco después de que una persona esté infectada, pero únicamente si está levemente enferma. Los científicos, incluso, creen que la costosa terapia también es prometedora como herramienta preventiva, ya que bloquean la infección temporalmente.
Regeneron Pharmaceuticals es el laboratorio que está produciendo el “cóctel de anticuerpos”. La semana pasada presentó datos preliminares de estudios clínicos aún en proceso que indican que los pacientes moderaron la enfermedad. No está claro aún si el cóctel es efectivo en pacientes severos, pero hay señales que marcan que podría serlo. Este, como todos los otros tratamientos está en etapa experimental.
Durante el encuentro de CEO, Gates pronosticó que se podría retornar lo más parecido a la normalidad una vez que la vacuna esté disponible. En el mejor de los casos, si esto sucede en diciembre, la vida de las personas volverá a ser lo que era hacia fines de 2021.
También planteó que hay que empujar a la población a una vacunación masiva, sin que tema por posibles consecuencias o teorías conspirativas.
El panorama, quizá no tan alentador como se desearía, a pesar de los esfuerzos extraordinarios por acelerar lo que de otro modo llevaría años para desarrollarse. Según sus estimaciones, “para el mundo rico, deberíamos ser capaces de acabar con esto para finales de 2021, y para el mundo en general para finales de 2022”, cosa que ya había dicho en su última entrevista.