Por enésima vez, la justicia local detiene a una persona acusada de tener en su domicilio doce plantines de marihuana, contrariando lo establecido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y tras un informe de la ONU que recomendó considerar la despenalización del consumo de drogas. (Garrik)

Efectivos de la División Drogas Peligrosas, tras un operativo de allanamiento secuestraron doce plantines de marihuana de un inmueble en la localidad de Metan y por disposición del titular de la Fiscalía Penal Nº 1 se ordenó la detención de un joven de 20 años, dueño del inmueble allanado.

Es realmente asombroso que se sigan malgastando recursos humanos, judiciales y materiales en perseguir y detener a perejiles que posteriormente saldrán libres y además que no sirvieron de nada para mermar el verdadero negocio del narcotráfico.

En la ciudad de la Plata hubo un precedente similar donde la Cámara Federal declaró inconstitucional la norma que castiga el cultivo de plantas de marihuana para consumo personal y ordenó el sobreseimiento de una pareja a la que se les había incautado nueve plantas en un vivero de su propiedad. El fallo avaló la despenalización, vía legal, de la tenencia de estupefacientes para consumo personal.

Según la resolución, la conducta de ambos se encuadró dentro del ámbito de las acciones privadas. El dictamen destacó la inconstitucionalidad del penúltimo párrafo del artículo 5 de la ley 23.737, que castiga a quien siembre o cultive plantas o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes para consumo personal, por considerar que esa situación se encuadra dentro del ámbito de las acciones privadas protegidas por el artículo 19 de la Constitución Nacional.

Posición suprema

Asimismo, el Máximo Tribunal del país, en el caso “Arriola” declaró  inconstitucional la penalización de la tenencia de estupefacientes para consumo personal, no solo por vulnerar preceptos constitucionales, sino también por ser ineficaz como un medio para disuadir el consumo y por generar un derroche enorme de recursos públicos que deberían redireccionarse para combatir el tráfico de tóxicos.

Es ilegal porque vulnera el ámbito de autonomía privada que protege el artículo 19 de la Constitución Nacional, el que estipula que el hombre es dueño y libre de elegir el estilo de vida que su conciencia le dicte, aunque esa forma de vivir le sea perjudicial o contrario al que siga la mayoría, todo esto en la medida que no genere un daño a terceros.

Es un medio ineficaz para disuadir el consumo y luchar contra el tráfico porque la realidad ha demostrado que desde que la ley penaliza la tenencia de drogas para consumo personal no solo no se ha disminuido el consumo sino que el mismo ha aumentado. Según ha concluido el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías «no existen indicios de que la criminalización del consumo de drogas tenga efecto disuasorio para los jóvenes». Las tendencias de consumo se corresponden más con factores culturales, económicos y sociales, y no con la intimidación penal.

Finalmente es un dispendio de los recursos públicos, principalmente policial y judicial, ya que importa un enorme derroche de esfuerzo, dinero y tiempo de la policía y de la justicia en procedimientos inútiles desde el punto de vista político criminal, como lo demuestran los más de veinte años transcurridos desde la sanción de la ley de drogas.

Cambio de paradigma

En un cambio profundo respecto a su posición tradicional sobre el fenómeno de los estupefacientes, el 26 de junio pasado los máximos funcionarios de la ONU exhortaron a la comunidad internacional a considerar la despenalización del consumo de drogas.

En un mensaje para conmemorar el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, explicó que el organismo a su cargo «promueve un reequilibrio en la política internacional de drogas controladas».

«Debemos considerar alternativas a la criminalización y el encarcelamiento de gente que use drogas y enfocar los esfuerzos de justicia criminal en aquellos involucrados en la oferta de drogas», aseveró Ban Ki-moon

El titular de Naciones Unidas indicó que el nuevo enfoque para reducir los costos que generan las drogas debe ponerse en «la salud pública, la prevención, el tratamiento y cuidado, así como en estrategias económicas, sociales y culturales».

Mientras tanto, el vicesecretario general de la ONU, Jan Eliasson, expresó durante la presentación del Informe Anual sobre Drogas 2015, que «debemos ser honestos y valientes en aceptar que algunas políticas sobre drogas y sobre sentencias necesitan ser revisadas».

En una confererencia en Nueva York, Jean-Luc Lemahieu, director de la División de Análisis de Políticas y Asuntos Públicos de la Oficina de la ONU contra las Drogas y el Delito (UNODC), explicó que la despenalización del consumo de estupefacientes no requiere modificar las convenciones de la ONU.

Las cuatro convenciones de la ONU sobre drogas son el fundamento de la comunidad internacional para diseñar las políticas sobre estas sustancias en el mundo, cuya interpretación y alcance estará en el centro de la discusión de la Cumbre de Alto Nivel sobre Drogas de 2016 en la Asamblea General.

Lemahieu señaló que el caso de Portugal, que desde 2001 despenalizó el consumo de todas las drogas dentro de su territorio, está en línea con las convenciones de la ONU. Destacó además que el consumo de sustancias en ese país es menor que en España, donde el consumo sigue siendo criminalizado.

«Aún se requiere decomisar drogas, y arrestar a traficantes y comerciantes, pero ¿en realidad es correcto tener al eslabón más bajo de esa cadena, al usuario, en prisión durante años? ¿Es esa la mejor manera de usar los recursos públicos, de distribuirlos?», cuestionó Lemahieu.

Subrayó que el objetivo de las convenciones de la ONU siempre ha sido la salud pública, aunque este aspecto fue de alguna manera desplazado por el acento de las políticas prohibicionistas de la llamada «Guerra contra las Drogas», iniciada en 1971 en Estados Unidos.

«Es un nuevo acento puesto a las convenciones para entender las lecciones negativas del pasado y para hacer de eso un aprendizaje positivo y generar una respuesta más efectiva en términos de costos», aseguró el funcionario, sin embargo puntualizó que experimentos como los de Uruguay, que regulan oficialmente la venta de marihuana, no están en línea con las convenciones de la ONU.