Cuarto Poder participó de dos eventos académicos literarios en los que, además de cuestiones teóricas, se ratificó que todas las tensiones del saber están atravesadas por las coyunturas y debates políticos. (A.M.)

Como un bastión de resistencia, las universidades de Salta y Jujuy abrieron sus puertas en estas semanas apoyando la toma de los edificios pero entendiendo la producción de conocimiento como una urgencia. Las Jornadas del Norte en Jujuy contaron con la presencia de figuras importantes de la literatura argentina y latinoamericana, como la escritora Gabriela Cabezón Cámara que en una conferencia explotada de gente, reflexionó sobre las herramientas que las instituciones brindan para leer los textos y el mundo.

En un café de San Salvador, Cabezón Cámara dialogó con Cuarto Poder sobre la escritura y afirmó: “Estamos trabajando con una materia que es de todos y nos precede y posee, que es el lenguaje, además trabajamos a partir de todas nuestras lecturas y yo hice muchas desde la academia porque quizás en otro lado no la hubiese leído. No me asombra que mis textos se lean en la academia, me pone muy feliz y aprendo mucho de esas lecturas. Es muy enriquecedor eso, me abre lugares para pensar”.

Sus novelas fueron un tema recurrente en las distintas mesas de las Jornadas. La virgen cabeza y Las aventuras de la China Iron resonaron por su fuerza política y su trabajo estético. En ese sentido, la escritora comentó: “El mundo para mi es cuerpos y relaciones de poder, siempre se escribe desde una perspectiva, pero no se debe subsumir la literatura a lo ideológico en un sentido estricto y estrecho: nos perderíamos muchas cosas sino. En la literatura es un acto de apropiación, sólo se tiene que hacer un texto poderoso. Yo aprendí muchas cosas de escritores que eran una porquería de persona como Ezra Pound y T.S. Elliot y eso fue liberador también”.

En Salta, Mauro Mamani Macedo planteó la necesidad de reivindicar el saber salvaje, ese saber con el que venimos cargando desde nuestras raíces más íntimas y que las universidades tienden a lastimar y excluir. Su voz también sonó en las Jornadas de Jujuy y luego se hizo eco en el curso de posgrado que dictó días después en la UNSa. Mamani Macedo recorrió la literatura de José María Arguedas y Gamaliel Churata en un curso intensivo que luego concluyó en un conversatorio con estudiantes. Sus lecturas en lengua quechua, el tono calmo y rítmico de su voz y su gran generosidad refrescaron las paredes de la academia.

Para el estudioso peruano, “estamos viviendo un momento de recuperaciones y retornos. Los conocimientos de otros espacios nos permiten nutrir lo que tenemos en los nuestros y afirmarnos en lo que somos”. Haciendo especial hincapié en los esfuerzos de las universidades de Salta y Jujuy por reactualizar lo andino, Mamani Macedo asegura que en el norte, el ayllu se está abriendo y los textos, aquellos que tienen vida y vibran en nuestro corazón, están circulando. Sus palabras son contundentes: “(…) a pesar de todo, de las exclusiones, de los olvidos, de los desprecios, seguimos siendo, maypin kaypin, estamos aquí, allá, a donde sea, estamos vivos. Kachkaniraqui”.