Editorial El Cuarto donó un ejemplar del libro de crónicas “A 26 manos” a la biblioteca popular del bar La Tacita, ubicado frente al convento San Francisco.
Somos habitués del café de Porfidio. Es un lugar raro. Algunos lo han catalogado de “folclórico”. Puede ser: van algunos viejos gauchos. En las paredes hay fotos que atestiguan que fue un lugar frecuentado por la pesada del folclore salteño. Pero también es cierto que está lleno de jóvenes, de poetas, de malabaristas. Y conviven a la perfección: porque el lugar es auténtico. A diferencia de, por ejemplo, la peña de orillitas del canal, no se recrea una tradición ficticia ni se ancla el lugar a un pasado idealizado.
Y es por eso que la gente entra allí y habla con “Porfi” y si uno tiene está en la ventana, puede espiar a las parejitas de recién casados que van a sacarse fotos al convento y escuchar las conversaciones más delirantes.
Hace poco Porfidio tuvo una idea: convertir a La Tacita en un lugar más cultural. Ya hubo un par de eventos importantes, como la presentación de la antología Sonámbula y otras actividades de Ya Era.
Desde entonces que se trata de formar una biblioteca popular: libros al servicio de los lectores. Empezó la biblioteca con un puchito de libros. Día a día, todo el que publica, dona su ejemplar.
Ayer, Cuarto Poder dejó en La Tacita un ejemplar de A 26 Manos, la antología que reúne lo mejor del periodismo narrativo salteño.