Alpargatas siguió el mismo camino que otras empresas de San Luis (Herzo, Cerámica San Lorenzo y Georgalos). Bajó la persiana y se desprendió del personal frente a la pasividad del Gobierno.
Alpargatas anunció que bajará las cortinas en su fábrica de zapatillas en Villa Mercedes, San Luis, y cerrará su línea de calzado en la planta ubicada la localidad bonaerense de Florencio Varela. La apertura importadora, la caída del mercado interno y los aumentos de costos son los argumentos esgrimidos por la empresa de capitales brasileños al despedir 150 trabajadores sobre una plantilla de 3600 empleados. La compañía comercializa las marcas Topper, Mizuno y Rueda, entre otras. Desde la Asociación Obrera Textil informaron que los primeros telegramas de despidos comenzaron a llegar ayer y las indemnizaciones serán canceladas el viernes. El resto de las ocho plantas que la firma tenía paralizadas desde diciembre, la producción de calzado e indumentaria deportiva será retomada el 26 de enero. Los ministerios de Producción y Trabajo no intervinieron para sostener la planta en marcha. El gremio fue convocado hoy a una reunión en la cartera laboral. En el sindicato especulaban que allí les ofrecerían programas de capacitación para “reconvertir” a una porción de los trabajadores desvinculados.
La fábrica de Alpargatas ubicada en Villa Mercedes se convirtió en la cuarta industria radicada en el parque industrial de la provincia de San Luis en cerrar durante los últimos 45 días. La empresa esgrimió que dejaba de producir ante la “baja de producción por la apertura de las importaciones, donde se torna difícil poder competir”. Antes que los brasileños, la primera compañía en bajar sus persianas fue Herzo. Dedicada a la producción de calzado, indumentaria y otros productos para Puma, la empresa despidió a 194 trabajadores a finales de noviembre. A comienzos de mes Cerámica San Lorenzo y Georgalos siguieron el mismo camino. La primera cesanteó a más de 140 empleados y el fabricante de golosinas que concentrará sus operaciones en Córdoba para minimizar costos dejó atrás 50 operarios. Al cuarteto compuesto por Alpargatas, Georgalos, Herzo y Cerámica San Lorenzo se suma la empresa Metalmecánica controlada por el Grupo Techint. La productora de varillas de bombeo para la industria del petróleo y el gas es proveedora de YPF y la segunda exportadora de la provincia no cerró pero despidió a fines de diciembre 84 personas sobre una plantilla de 600 trabajadores.
Las diferentes estrategias empresariales que pueden existir entre los grupos que están al frente de esas compañías se licuan frente al denominador común que componen la liberalización comercial, la contracción del mercado interno por la baja en el poder adquisitivo y el aumento en algunos de sus costos (insumos, servicios y logística). “La crisis del empleo comienza a tomar un carácter federal, ya que los sectores afectados por la entrada de productos del exterior tienen una fuerte presencia a lo largo y a lo ancho del país”, advertía la consultora Radar en sus informes sectoriales publicados en septiembre al remarcar las implicancias territoriales del nuevo esquema de administración del comercio exterior.
“La Provincia de San Luis no tiene muchas herramientas más que hacer un reclamo a la Nación para que se tenga en cuenta el problema y tome decisiones que a corto plazo permitan amortiguar esta situación”, se excusó durante el conflicto en Georgalos el ministro puntano de Medio Ambiente, Campo y Producción, Cristian Moleker, durante una entrevista con Radio Universidad. Desde el gremio apuntan contra ambas administraciones, la nacional y la provincial.
La industria del calzado figura entre las más afectadas por ese combo. Las ventas se contrajeron el año pasado alrededor del 25 por ciento y las importaciones, medidas en cantidades, crecieron por encima del 21 por ciento. En la Cámara Argentina de Calzado indican que ingresaron más de 27 millones de pares, cifra que se ubicó significativamente por encima del corte informal de 24 millones de pares prometido al sector desde el ministerio de Producción que encabeza Francisco Cabrera. Las autoridades de la secretaría de Comercio sostienen que no existe un “aluvión importador en el sector” y advierten que más allá del desmantelamiento del esquema Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación (DJAI) se mantuvieron otras medidas para administrar el ingreso de calzado. De todas formas, las principales empresas produc- toras/importadoras comenzaron a recibir llamados de distintos despachos oficiales para contener las importaciones.
Como aseguró el minsitro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una entrevista de PáginaI12, la apertura comercial complementa la estrategia oficial para contener las subas disparadas por la devaluación y el incremento en las tarifas. El ingreso de productos baratos del exterior y el incremento en el desempleo que limita la capacidad de negociación salarial de los trabajadores son los dos mecanismos a través de los que la desregulación del comercio exterior contribuye a limitar los aumentos de precios internos. “El Gobierno cree que las importaciones favorecen a los consumidores. Pero nada indica que los calzados importados sean más baratos en las vidrieras que los que se hacen en país. Los únicos que se apropian de la diferencia en los costos son el importador y el distribuidor”, advirtió ayer Alberto Sellaro.
En simultáneo con el cierre de la fábrica de Alpargatas, una de sus proveedoras de telas y lonas para la industria suspendió la mitad de su personal. Desde el gremio indicaron que la firma Taxlona, ubicada en la localidad puntana de Justo Daract que también está alcanzada por el mismo régimen de promoción industrial que Villa Mercedes, argumentó la “falta de pedido de producción anual, que debería realizarse en estos meses”, para avanzar con esas medidas.
Fuente: Pagina 12