Tres magistrados condenaron a un salteño a tres años de prisión por abuso sexual de una niña, hija de su concubina, pero no irá a prisión porque la pena fue dejada en suspenso y deberá realizar trabajos comunitarios en una sede de Cáritas.
El Tribunal Oral Número 23 condenó al hombre a tres años de ejecución condicional mediante el mecanismo de “juicio abreviado”, proceso en el que el imputado, salteño, de 45 años, reconoció su responsabilidad en el hecho
Los jueces Javier Anzoátegui, Carlos Rengel Mirat y Luis María Rizzi dieron por probado que el acusado, identificado como Mario Roberto Galván, perpetró el delito de “abuso sexual reiterado cometido en perjuicio de una menor de 13 años, agravado por la situación de convivencia preexistente con la víctima”.
El hecho fue cometido entre abril y mayo de 2013, sostuvo el expediente, y manifestó que “incluyó, además de tocamientos y forzamientos a conductas sexuales, la narración de supuestas experiencias del adulto con la madre de la víctima e, incluso, con nenas de 12 o 15 años”.
Los magistrados afirmaron en el fallo que la niña mostró en exámenes psicológicos a los que fue sometida ‘haber cursado situaciones traumáticas a nivel de la sexualidad‘.
Esos hechos, advirtió la resolución, “han afectado y afectan su capacidad de despliegue, con vivencias de alerta, riesgo, daño sentido a nivel corporal y amenaza a su integridad”.
La menor de edad, según el expediente, manifestó a sus compañeras de colegio las situaciones a las que era sometida por la pareja de su madre y las niñas advirtieron a sus familias sobre el hecho.
Los jueces determinaron que “el imputado ejerció violencia psíquica y física sobre una menor de 13 años, para realizar sobre su cuerpo actos de claro contenido sexual, aprovechándose de que, por su inmadurez, era incapaz de consentir libremente tales actos”.
De ese modo, condenaron al hombre a tres años de prisión, cuya ejecución dejaron en suspenso.