El fuego en la zona sur del país sigue sin control y el ministro de ambiente de la nación, el rabino Sergio Bergman, habló de profecía apocalíptica. El funcionario dijo que es lo que la naturaleza devuelve por el impacto ecológico del hombre. Luego se rectificó.

Los incendios en La Pampa, Buenos Aires y Río Negro siguen activos, alimentados por las altas temperaturas y el viento que dominan en la región. Sin lluvias en el horizonte, ya son más de 1.400.000 las hectáreas consumidas por el fuego. Y para completar el escenario alarmante, el ministro de Medio Ambiente, Sergio Bergman, visitó ayer las zonas afectadas y lanzó una frase que causó revuelo. Acompañado por el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, el funcionario –muy criticado desde que se desató el desastre– dijo: “Lo que parecía una especie de profecía apocalíptica, los argentinos y el mundo empezamos a ver que acá tenemos incendios, en Santa Fe tenemos inundaciones, y esto habla justamente de lo que se llama adaptación, que es cómo nos vamos a ir organizando para que frente a lo que hicimos al planeta, que nos devuelve multiplicado con estas catástrofes, estemos en condiciones de minimizar riesgos”. Más tarde, volvió sobre sus dichos: “Lo de la profecía apocalíptica tenía que ver con el cambio climático, pero rectifico lo que dije”.

El fuego que el miércoles cruzó el Meridiano V y se metió en territorio bonaerense amenaza en varias direcciones. En Algarrobo, el foco principal era controlado por varios cuarteles de bomberos. El intenso trabajo de tres dotaciones y la rotación del viento al sur impidieron que las llamas provenientes del monte pampeano avanzaran sobre el balneario Chapalcó. Allí el fuego alcanzó una de las puntas de la laguna Chasicó, pero luego viró hacia el distrito de Puan.

En La Pampa, la zona afectada vivió otro día de humo en el ambiente, con frentes de fuego de varios kilómetros. Un foco de incendio se ubicó al norte de La Adela, a unos 10 kilómetros sobre la ruta nacional 154 y cerca del cruce con la ruta provincial 34. En el cruce de la ruta 154 y 30 a unos 70 kilómetros de La Adela hubo otro foco. Pero el más importante se ubica al este de La Adela, al sur de la ruta 22. El secretario de Ecología provincial, Fabián Tittarelli, dijo: “La situación es alarmante. El daño económico es importante, pero el impacto sobre la biodiversidad es muy grande”. En Caleu Caleu, cuya capital es La Adela, se quemó el 50 por ciento del millón de hectáreas que tiene el departamento.Lejos del límite pampeano bonaerense, también hubo focos cerca de Villalonga y Pedro Luro, al borde del río Colorado. En Coronel Dorrego, la cantidad de hectáreas consumidas se aproximaba a las 10 mil, con cinco focos activos, pero controlados. Fabio Uribe, segundo jefe del cuerpo de bomberos, dijo que el fuego se inició con un incendio de pastos naturales y se extendió con rapidez alentado por el viento por una zona de médanos y monte. “Tanto la cabeza, más próxima al pueblo de Oriente como la cola están controladas y no hay riesgo para los balnearios de Marisol y Monte Hermoso” afirmó Uribe. Junto a los bomberos, trabajan productores y vecinos que colaboran con tractores y rastras para levantar los cortafuegos. Lo mismo sucede en el norte de Río Negro, donde los focos siguen activos, pero parecen estar controlados, a pesar de los vientos.

Fuente: Clarín