En menos de un mes se secuestraron cerca de 70 toneladas de precursores químicos que tenían como destino Bolivia. Ambos cargamentos circulaban por la 51, conocida ruta por donde salen químicos para regresar en forma de merca, pero por vía aérea y para ser esparcida como polvo de hadas por el norte.
La retroalimentación internacional es la base del narcotráfico. Esto significa que los países que no son productores de materia prima, como el caso de Argentina, aportan a los países que sí lo hacen, como Bolivia, con otros materiales necesarios para el procesamiento de las sustancias estimulantes tan codiciadas en ambos lugares. Así parte del pago se lo realiza “en especias”.
La ruta que va para San Antonio de los Cobres es una de las más conocidas por el tráfico de precursores hacia el vecino país, tanto así como es conocida la otra ruta por la que ingresan las miles de toneladas anuales que luego, en su mayoría, van a parar al puerto.
El pasado 20 de agosto se informaba la incautación de más de 40 toneladas de carbonato de sodio, un componente que puede ser empleado para la elaboración básica de cocaína procesada en el exterior. En aquella ocasión los gendarmes del Escuadrón 22 “San Antonio de los Cobres” detuvieron la marcha de un camión para revisarlo y lo sospechoso fue que como carga transportada por este rodado figuraba un mineral conocido como “gibbsita”. Luego detuvieron a otro camión con características similares.
Hace pocos días y antes de que se cumpla el mes de la noticia anterior se volvió a repetir la historia, porque en la misma ruta personal del mismo escuadrón de gendarmería detuvo a otro rodado que supuestamente transportaba “reproceso de borax 10”, pero en realidad llevaba más de 25 toneladas de carbonato de sodio.
Así no hay escudo norte que aguante.