Desplantes, interna libertaria, un senador tik-tokero y la intervención de mercado San Miguel entre lo más resonante de la semana en materia política.

 

Muratore y su «juez por encargo»

La polémica de la semana giró en torno a la intervención del mercado San Miguel y los esfuerzos denodados de su administrador, «Pepe» Muratore, por atornillarse en el cargo. Dichos esfuerzos incluyeron un amparo judicial presentado en los estrados de un juzgado de familia, a cargo del polémico juez Víctor Soria. La resolución judicial emitida en tiempo récord ordena no trasladar a los puesteros a otro espacio físico y los autoriza a trabajar en las veredas adyacentes al mercado.

Al margen de la idoneidad de un juez de familia para entender sobre cuestiones comerciales y de espacios públicos, son varios los antecedentes que engrosan el prontuario del magistrado.

Soria es conocido en ciudad judicial como el «juez por encargo», dada su predisposición para emitir resoluciones siempre a favor de los amparistas. Así fue como en 2014, la AFIP lo denunció por dejar pasar un centenar de camiones cargados de harina a Bolivia, por pedido de una ciudadana jujeña. La causa pertenecía al fuero federal, pero eso no le impidió hacer lugar al amparo.

No menos graves son las tres denuncias que pesan sobre él por violencia de género, por parte de tres víctimas diferentes: Su ex esposa, una abogada y la defensora oficial Natalia Buira. Esta última, además, denunció al juez por violar las restricciones de acercamiento, lo que le valió un pedido de jury.

Cuentan que Muratore se pasea de un lado a otro del mercado con la resolución de Soria en mano, aunque no se habría empeñado mucho en leerla. Y es que la medida de «no innovar», que tanto invoca para justificar su atrincheramiento, sólo impide el traslado de los puesteros. Nada dice en cambio de la facultad del ejecutivo municipal de intervenir el ente descentralizado si lo considera necesario. Pero a buen entendedor…

El desplante de Alba

A pesar de las expectativas que la presencia de Martín Menem había generado en las filas locales de La Libertad Avanza, la postal de la jornada terminó siendo protagonizada por la blonda, Alba Quintar. No sólo la ausencia de Karina Milei le restó peso al convite libertario, sino que la «perlita» del día estuvo atravesada por la interna mileísta.

Al parecer, la despampanante rubia se vio impedida de ingresar al hotel Alejandro I, donde los referentes libertarios y su militancia disfrutaban de café caliente y medialunas. La funcionaria nacional no demoró en ventilar sus quejas de la única manera en que suele hacerlo: a través de tik tok.

“Me acaban de informar que tengo prohibido el ingreso al evento de la presentación oficial de la La Libertad Avanza de Salta. Es lamentable que se manejen de esta manera en mi provincia. Evidentemente hay dirigentes con problemas personales conmigo de los que no estoy enterada», denunció.

La denuncia de Quintar llegó a medios nacionales fue replicada en el programa Argenzuela, conducido por Jorge Rial y emitido por C5N, bajo el título “Celos, persecusión y venganza”. Los periodistas prometieron «investigar a fondo» el asunto. ¿Polémica en puerta?

Los «amigos» de Juanca

En un nuevo capítulo de «La Tik-Tokización de la política: Vergüenza nunca tuvimos», el senador Juan Carlos Romero festejó el cierre del año con «amigos» (eran como siete). Así lo reflejó en un video publicado en sus redes sociales con la descripción: «Despedimos el año con amigos». En la filmación se lo ve recorriendo uno de los salones de Fundara, besuqueando a cuanto invitado se cruza.

«Juntos podemos dejar el odio atrás, confiarle nuestras alas al amor», reza la canción elegida como cortina, mientras la cámara toma a Juan Esteban Romero, conocido por haber patoteado a un desmalezador en sus oficinas. Todo muy coherente, no?

Griselda vs. Socorro capítulo II

El cruce de chicanas entre las dos mayores luminarias de la cámara baja provincial, Griselda Galleguillos y Socorro Villamayor, se trasladó a la justicia. Es de recordar que, en medio del debate por la «ficha limpia», la primera osó recordar el corto paso del padre de Villamayor por la intendencia capitalina. «Villa», como lo conocían, fue destituido a los pocos días por una denuncia de corrupción.

Su hija enfurecida, prometió a la olmedista que «recogeria sus dientes del piso». Lo que vino después fue pura pirotecnia verbal y competencia de victimismo.

Ahora la contienda se traslada a la justicia. La diputada por Rosario de Lerma presentó una denuncia penal por amenazas y asegura tener miedo de ser arrojada por las escaleras del palacio legislativo. Acá se aburre el que quiere.