La ruta 68 se torna intransitable e insegura, las acequias desbordan y toman los caminos y las casas, los canales se desmoronan en su capas de cemento, por los barrios la iluminación es deficiente, la recolección de residuos es a medias, los yuyarales están por todo lado y la calles son un peligro total.
Sin embargo fueron muy rápidos los del municipio de Cerrillos para aumentarles las tasas e impuestos de forma brutal a los vecinos, pero para atender sus obligaciones y deberes como funcionarios públicos en prestar los servicios a la comunidad son una tortuga.
Es comprensible el cansancio y el malestar de los cerrillanos que ven pasar los días y que sus condiciones de vida empeoran, por esa situación llega a nuestra redacción una queja más, de la varias que hay, en este caso de La Rinconada ya que la avenida principal está hecha un desastre y el colectivo no entra por ahí por lo que los deja en Los Álamos, ocasionando una serie de complicaciones a los que residen en los barrios que están por esa zona, uno de ellos entregado por el IPV con 300 viviendas como también el Congreso Nacional otra «urbanización» populosa.
Hay cuestiones que le caben a la ex intendente Yolanda Vega en parte de las muchas dificultades que hoy se vive a lo largo y ancho de Cerrillos, como los loteos irregulares que autorizaron que pasaron de 15 en la gestión de Rubén Corimayo a 83 en la gestión de Vega, con el agravante que la inmensa mayoría de estos está en forma irregular y casi de forma imposible de poder subsanarlos.
Como también la falta de mantenimiento de los canales como el de Río Ancho que, por tal inacción, va perdiendo bloques de hormigón y produce desbordes del río.
Pero otras cuestiones son propias de la gestión actual y que están siendo muy lentos en atenderlas y mucho más lentos en solucionarlas, como por ejemplo la recolección de residuos (son muchas las quejas en diversos barrios tanto de la zona de La Rinconada como de la ruta 26 que se quejan no solo por la poca frecuencia sino también por la deficiencia del personal al realizar el servicio.
Pasa, con suerte, dos veces a la semana y no recoge los yuyos embolsados, además no entra por los barrios sino que hay que llevárselos con moño a la platabanda.
Ni hablemos del corte de los yuyos en las plazas y demás espacios verdes, o de las luminarias, ambas situaciones que exponen a los cerrillanos a la delincuencia de los avivados que ven la oportunidad para sus fechorías.
Estás cuestiones como el enrripiado de las calles, mínimamente por dónde transita el colectivo es algo que debe atender la gestión de Borelli y sin demoras.
Uno entiende que los conversos políticos y débiles al poder pueden tener la tentación de dejar pasar el tiempo para que la población se acostumbré a mal vivir, pero no todos están con esa mezquina idea y reclaman lo que es justo y les corresponde.
Es verdad que al rededor de la ciudad de Salta hay municipio que podríamos denominar «de carreta», entre los que podemos mensionar a Vaqueros, la Caldera, Cerrillos, Campo Quijano, Rosario de Lerma y la Merced, pero ya es tiempo que dejen de tener esa postura sonámbula y que actúen y se incorporen como municipios de gran ciudad.
El accidente en la ruta 68, a la altura de Los Álamos, que hospitalizo a un niño, y otros, son muestra de la precariedad dirigencial cerrillana cuando uno se entera que pusieron un semáforo, justo en ese lugar que no puede ser autorizado a funcionar porque no está homologado, o sea un semáforo trucho, que coloco la gestión de Yolanda Vega.
Pero eso no escapa a qué la gente de tránsito municipal debe actuar en las entradas y salidas de las escuelas, y eso le cabe a Borelli.
El estado de las calles debe ser transitable, el derecho a transitar no es solo si se corta una ruta o una calle, sino que las sendas de circulación deben estar en estado óptimo, no se puede pretender que los vecinos rompan sus vehículos o las empresas de transporte sus unidades porque el municipio no arregla ni hecha ripio a las calles, ni se puede pretender que deje de llover para recién hacer algo, no, eso es algo que se debe hacer siempre con lluvia y sin lluvia, porque ese es un deber que tienen como estado.
Porque cuando el municipio no cumple con esa obligación lo que termina pasando es que los vecinos se quedan sin colectivo.
Es bueno que el intendente y el senador vayan por los barrios como lo realizaron el día sábado en Las Tunas, dónde escucharon las quejas de los vecinos y al otro día paso la máquina y pusieron algunos focos de luz, aún faltan otros, y que se comprometieron a corregir la situación de la recolección de residuos, es un comenzar para algo que viene con demoras.
Por lo que si esa es la metodología de trabajo, entonces, que carguen la agenda porque Cerrillos es amplio y las necesidades no esperan, lleguen por La Rinconada y solucionen estás cuestiones que tienen en aflicción a tantos vecinos que habitan por esa zona.