En el juicio que se sigue contra el productor de moda Pablo Rangeón declararon una de las denunciantes y una ex empleada que dieron cuenta de cómo trabajaba la agencia de modelos y los maltratos recurrentes. 

En el primer día de audiencia, el productor imputado por abusos varios contra seis jóvenes pidió que la justicia no se vea condicionada por el  “feminismo y el patriarcado”: “ahora todo acá es violencia de género y violencia económica”, mencionó. 

Las jóvenes denunciantes además de contar los padecimientos recurrentes de los que fueron víctimas por parte del reconocido productor le solicitan en pago de resarcimiento civil cerca de 12 millones de pesos por el daño a la salud mental, daño moral, lesiones psíquicas, gastos médicos y psicológicos. 

Al prestar declaración, Rangeón se refirió a su escuela de modelos Inspirarte que según mencionó ahora la llamaban “agencia inspirarte del terror”. Allí señaló que además de modelar, a las cerca de 900 jóvenes que concurrieron le daban un curso inclusivo donde se trataba 9 áreas; entre ellas defensa personal, postura, automaquillaje, ceremonial: “había gordas, flacas, altas, morochas, rubias, pobres y ricas”, describió. 

Sometimientos 

S.G una de las denunciantes, la primera que se animó a contar los abusos que sufrió, declaró que lo conoció en 2010 en el boliche Club 21. Aseguró que lo encontraron- ella junto a una amiga- en medio de la pista, les pidió sacarse una foto y le entregó una tarjeta personal.

“A los 2 meses lo contacté por entrevista laboral, y empecé a trabajar en Mitre 332 en Pro Cultura”, dijo y agregó que al tiempo “le conté que no iba a poder seguir trabajando, el hacía alusión a que se juntaba con gente importante. Me ofreció un monoambiente en calle Güemes, el vivia en Castañares, al departamento lo usaba de oficina, guardaba cosas de los eventos. La propuesta fue mudarme en ese lugar, el arreglo fue que le pagaba un porcentaje”, declaró.  

“Mi vinculo era laboral, de amistad y confianza”, aseguró la joven. Que negó, tal cual lo manifestara Rangeón que hubiesen mantenido una relación sexoafectiva.

La joven relató que al decirle que ya no quería trabajar empezó a recibir agresiones y hostigamiento a lo que ella terminaba cediendo por miedo.

“Cuando yo le hice el reclamo que no quería trabajar con él, ni los fines de semana con las chicas, me empecé a dar cuenta que cuando me despertaba, me sentía mal. Dejé de tomar cuando íbamos a los boliches. Me di cuenta que era un degenerado”, señaló.  

“Así que cuando le plantee que no iba a seguir trabajando con él se ponía agresivo. Lo enfrenté y discutimos, me pegó una cachetada y me tiró a la cama, se tiró encima mío, me decía cosas asquerosas en el oído. Me puso el mentón en la sien, me abusó, no entendía que había ocurrido. Me decía ‘nunca viste una pija, si ya sos mama, ya tuviste sexo otras veces’ le dije que lo iba a denunciar, mostraba fotos de gente política y se reía, decía que compartía almuerzos con gente importante. Me amenazó que me iban a sacar la tenencia de mi hija, que me iba a quedar en la calle, me quedé ahí, tenía miedo”. 

La joven señaló que “el me pegó una cachetada, me agarró los brazos, sentía dolor, me inmovilizó. No podía sacarlo de encima mio. Siempre después de un golpe venía un abuso”. 

La denunciante describió diferentes situaciones de abusos ocurridas durante años: “en 2012 me golpeó tanto que me llevó que me vea un médico de confianza con él, me revisó y me dio medicamentos para la gastritis. Esa misma noche, el apareció a la madrugada violento, sacado, me golpeó fuerte, me abusó y se fue. Al otro dia volvió, estaba mal, me llevó al hospital estaba sufriendo un aborto. Nunca hablamos del tema, estaba shockeada, me hacía tomar pastillas del día después. No quería que tome pastillas anticonceptivas porque decía que me iban a engordar”. 

La joven relató que también le quebró los dedos. “Siempre cedía por miedo, y había veces que le decía que no”.  

La joven describió que Rangeón además se encargada de hacerla quedar mal con su entorno: “La gente que lo rodeaba hacía que piense mal de mi, me trataba de ‘putita de mierda, la loca’, el armaba peleas entre las chicas que trabajaban en su agencia. Se adueñó de mi telefono y me cambió las contraseñas. A la gente le decía que yo estaba obsesionada con él. Tenía el auspicio de la intendencia de Miguel Isa, apoyaban sus eventos, era la carta con la que el siempre hacia tener miedo, que estaba muy cercano a esta gente. Al verme tan sometida ya ni me abusaba. Me mandó un mensaje diciendo que le devuelva todo. Para ese entonces el ya estaba de novio con una chica menor de edad». 

La joven relató que cuando empezó esta relación le pidió que deje el departamento y además le realizó una denuncia a ella. 

Una ex empleada

C R. declaró que conoció a Rangeón cuando él se presentó en la calle mientras estaba trabajando como promotora de una agencia de turismo «me pareció raro, pasó un tiempo, le mandé mi c.v, después se comunicó conmigo una chica que era la novia de Pablo. Trabajé haciendo promoción política para Javier David,  y promoción en el teatro».  

La ex empleada señaló que Rangeón al principio «Era super amable, pero se alteraba en los eventos porque quería que salga perfecto». Describió que después descubrió que  le revisaba el teléfono. Que era obligatorio salir a bailar los fines de semanas a Club XXI. También que su entonces empleador le abrió una cuenta y un monotributo para que le facture. La joven señaló que se encargaba del cobro de cuotas de la escuela de modelaje y de facturar determinados eventos. Ella era obligada a que facture a su nombre.

Después la desvinculó de la productora porque estaba embarazada. «No me servís así. Me insultó de diferentes formas. Sabes quien soy yo, el poder que tengo», le respondió Rangeón cuando ella le pidió que no la deje sin trabajo. 

La joven relató que le inició juicio laboral, pero el imputado se jactaba de sus influencias.

Rangeón está acusado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal continuado en perjuicio de S. Y. G.; abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de C. F. R.; abuso sexual con acceso carnal y estafa en perjuicio de J. P. R. P.; abuso sexual simple en perjuicio de M. L. B.; abuso sexual simple continuado en perjuicio de M. P. G. E.; y abuso sexual con acceso carnal en perjuicio de C. A., todo ello en concurso real.