Pedro Javier Arancibia, abogado de Nicolás Cajal, viudo de Jimena Salas, dio una entrevista con Fm Capital, en el programa de Fm Capital, resaltó la importancia de la investigación por el asesinato: la evidencia del adn en el lugar dle crimen es contundente.

«Es una luz de esperanza, nos causa mucha expectativa positiva, el que haya también varias evidencias importantes… Hay otra prueba anterior a que se realice el ADN, que también es muy importante y que lo complica lo involucra muchísimo al menos hasta ahora a Javier Nicolás Saavedra que es esa persona detenida que la trajeron del Norte y que intentó ahorcar al chofer del móvil que lo traía en comisión.

Era lo que estaba faltando. El sospechoso con el cual hacer el cotejo de ADN eso en cuanto a las pruebas genéticas.

Entonces, bueno, estas personas no tenían absolutamente nada que ver con Jimena con Nicolás con la familia, entonces estaban como cualquier otro delincuentes que puede estar en el universo de la población libre y luego porque tampoco había otros elementos que lo lo pudieran conectar recién a partir de la nueva integración de fiscales se reincorpora aquellos investigadores.

Arancibia dio otros detalles del caso: dijo que se sabía que en la zona de parque Belgrano había un grupo de hermanos o más bien, una familia que se dedicaban a la actividad ilícita, robos, asaltos, pero nunca habían perdido, significa nunca lo habían podido agarrar.

Cuando los nuevos investigadores fueron a buscar a esta familia, había dos vehículos afuera de la vivienda y estos vehículos coincidían con los que testigos habían declarado ver en la zona el día del asesinato: un Volkswagen color marrón y un automóvil de deporte en color azul oscuro o negro.

«Si ustedes van al archivo, se hablaba hace cinco años y medio antes y efectivamente eso son esos vehículos», dijo Arancibia. Esto fue lo primero que llamó la atención de los investigadores. Luego se empezó a hacer una búsqueda más profunda en los perfiles sociales de redes sociales de todos los integrantes de la familia.

En las redes aparece la foto de una ex novia de Nicolás Saavedra, con un perrito caniche que después nos enteramos que era perrita.

Hay otra foto donde se ve un llavero, también vinculado a la causa. Así empezaron a salir datos que por fin se habían levantado hace cinco años y medio antes.

Un detalle contundente es que apareció un número de teléfono, gracias a una vecina que en su momento declaró que se había presentado un chico en su casa con un perrito. Ella le tomó el teléfono al chico, que decía que había perdido un perrito, este no se lo dejó y se fue, pero ella le pudo tomar el número de teléfono. Esto sucedió cuatro días antes del crimen.

El número es el mismo que tiene Javier Nicolás Saavedra, salvo porque cambia de posición el sexto con el séptimo número. Le pasó un nombre que obviamente no era el de él y el número era casi igual.

Después de toda esa evidencia, el resultado de ADN es más contundente. El ADN fue tomado de la sangre que había en la remera de la niña, en el hombro de la remera.

Según Arancibia, por la diferencia de ADN, hay una segunda persona en el lugar del crimen, que por el perfil genético sería primos, tío o sobrino del detenido.

Todavía falta mucho de dilucidar, por ejemplo, por qué tanta saña, por qué tanta violencia.

Arancibia cree que puede haber una cuestión psiquiátrica patológica o puede ser que Jimena los haya reconocido de algún lado.