Comienza el juicio por la joven asesinada en 2011. El principal acusado era miembro de la policía en el momento del hecho.
El 3 de mayo de 2011 fue hallado el cuerpo de Cintia, en su departamento de Parque La Vega.
Hoy arranca el juicio y en el banquillo de los acusados estará sentado el expolicía Mario Federico Condorí, quien se declara inocente. El caso marcó un antes y un después en la justicia salteña, por los notorios desaciertos de los policías que investigaron el caso y porque Ana Fernández, madre de Cintia, se convirtió, en una de las referentes de las marchas contra la impunidad en la provincia.
Pedro García Castiella, abogado querellante, dijo en Fm Pacífico que espera que hoy se haga justicia, que el estado cumpla con la obligación de descubrir qué pasó con Cintia Fernández, quién la asesinó y que esa persona sea condenada.
Sobre la posibilidad de que hoy declare Condorí y declare su inocencia, Castiella expresó: “Yo esperaba que él declare. Era lógico. Generalmente quien está muy comprometido le conviene declarar”, dijo y añadió: “Tiene derecho a decir lo que quiera, tiene derecho a mentir, o tiene derecho a contar lo que quiera o a formarse una historia de la realidad que a él le convenga. Tiene derecho a decir lo que quiera, la constitución se lo garantiza”.
El letrado también dijo que hay cosas que no dijo hasta este momento, pero llega el momento de decirlas. En este sentido Castiella criticó los desaciertos policiales en la investigación, que hicieron perder los primeros seis meses de investigación, siguiendo pruebas absurdas, incluso se perdió tiempo investigando a Ana Fernández. “La investigación incorporó elementos que terminó llevando la investigación hacia cualquier lado, por eso el juez cambió el equipo de investigación”, dijo.
En este sentido, añadió que “todas las pruebas científicas que se puedan presentar para mí son relativas. Porque partimos de una escena del hecho mal preservada, sería ilógico que Condorí se apoye en eso para apoyar su defensa”. Y concluyó que la policía y los investigadores protegieron a Condorí.