Ayer declararon psiquiatras y psicólogos que tuvieron a su cargo las pericias.

El caso de Cintia Fernández continuó ayer con la declaración de peritos psiquiatras y psicólogos, que analizaron a Mario Federico Condorí, acusado del asesinato.

Declararon Gustavo Vacaflores (psiquiatra, perito de parte), Viviana Guijarro (psicóloga de la Fiscalía de Violencia de Género 1), María Laura Figueroa (psicóloga de la Fiscalía de Delitos contra la Integridad Sexual), Luis Vilá (psiquiatra del Servicio Médico Forense del Poder Judicial) y Darío Duce (Departamento de Psicología del Poder Judicial).

Gustavo Vacaflores intervino en una pericia psiquiátrica conjunta realizada al imputado Condorí con otros dos profesionales del Poder Judicial, en diciembre de 2011. El testigo señaló que durante la entrevista no se detectaron patologías mentales en el imputado. Sí observó en él una personalidad con rasgos narcisistas, caracterizada por la autorreferencialidad y la tendencia a destacarse ante los demás. Vacaflores indicó además que las personas narcisistas son bastante egocéntricas y tienen poca empatía, es decir, escasa capacidad para ponerse en el lugar del otro. En su informe conjunto, los profesionales afirmaron que esos rasgos narcisistas resultan compatibles con el hecho investigado.

La pericia señaló además que no existían elementos para determinar simulación en el imputado, pero sí se detectaron elementos para determinar ocultamiento, aspecto asociado quizás a su entrenamiento policial en tareas de inteligencia.

El testigo agregó que se advirtieron en Condorí conductas celotípicas. Explicó que esta característica, en exceso, puede resultar patológica. Precisó que el celotípico se convierte en controlador y que el hecho de sentirse desplazado puede desencadenar en él reacciones violentas.

En el informe se especificó además que, al momento de la entrevista, el acusado presentó una evocación plana e indiferente frente al recuerdo de la víctima, sin rasgos de emotividad.

Con respecto al concepto de mujer que tiene Condorí, la pericia arrojó que para él es un objeto a conquistar y con el cual no se vincula ni se involucra afectivamente.

Luis Vilá, médico psiquiatra del Servicio Médico Forense del Poder Judicial, señaló que, en el primer examen, no detectó en el acusado patologías mentales ni indicadores de peligrosidad para sí mismo o para terceros. Con respecto al informe pericial realizado en junta médica, precisó que se realizó aunando criterios y bajo consenso.

Viviana Guijarro Cárdenas, psicóloga de la Fiscalía de Violencia de Género , explicó que su intervención en la causa consistió en realizar, junto a su colega Laura Figueroa, algunos aportes desde la perspectiva de género. La tarea se hizo a título de colaboración a partir de una solicitud del juez interviniente en ese momento (2015).

Sus conclusiones se basaron en la lectura de los expedientes, de donde se tomaron datos objetivos y testimonios. La profesional señaló que se encontraron indicadores de vulnerabilidad en la víctima, los que pudieron hacer descender su nivel de alarma. Agregó que en fechas cercanas a la de su fallecimiento, se percibieron señales de estrés que pudieron obedecer a factores como su situación académica (estaba próxima a recibirse) y expectativas laborales. La testigo afirmó que no había elementos que hicieran presumir un perfil depresivo en la joven. Dijo que se la percibía como una persona con funcionamiento vital y con capacidad para pedir ayuda y no quedarse sumida en la angustia.

Con referencia a las prácticas sexuales de la víctima, la profesional indicó que no se observaron a lo largo de las actuaciones indicadores acerca de la práctica de la hipoxifilia o de otras formas riesgosas de búsqueda de satisfacción.