Parece que el monseñor se cansó de la Biblia y se puso a leer mucho Gente Tóxica, de Bernardo Stamateas, porque durante su sermón de pascua le rindió homenaje al libro. 

Los presentes en la misa escucharon el sermón algo estupefactos, seguramente. Para empezar Cargnello en primera instancia la importancia dijo: “recuperar la confianza en el Señor de la vida y repetir en el corazón la secuencia: la muerte y la vida se enfrentaron en un duelo admirable. El rey de la vida estuvo muerto y ahora vive”.

Del mismo modo subrayó que “siempre vivimos la experiencia a medida que pasa la vida, del cansancio, del desaliento y debemos renovar nosotros la esperanza porque el horizonte de la vida es la eternidad».

Luego habló sobre la impronta de vencer aquellas actitudes que van en contra de un buen estilo de vida, que dañan: “Hoy hablamos de personas tóxicas, personas que a su alrededor generan malestar, se quejan, se resienten, acortan la perspectiva, un cristiano está llamado a vencer la tentación de ser tóxico, es alguien que cree en el poder del bien, en el triunfo de la vida y la siembra a su alrededor”.

Y acá Cargnello se puso más Stamateas que nunca: hizo hincapié en el cortoplacismo, en lo efímero que obnubila. “El cristiano sabe que su perspectiva no es cortoplacista, trata de hacerlo bien y ponerse al servicio y de hacer de su vida una vida llena de sentido, sabe lo que es y lo que hace es valioso a los ojos de Dios», reflexionó.

Es en ese marco que “el Dios de la Vida nos invita a resucitar” en buenas acciones, con la caridad, la humildad, dejar de lado el orgullo, el egoísmo, destacando la fraternidad y llevando salud a los demás. “Descubramos el valor de nuestra vida cristiana y aunque seamos pecadores disfrutemos de la alegría de ser perdonados porque la resurrección nos garantiza el perdón”, concluyó.